VALÈNCIA. Tiempos duros difíciles y convulsos para el valencianismo. La cosa pinta a malas y con serias opciones de empeorar teniendo en cuenta la manos en las que descansan las decisiones deportivas del club.
La cosa se pone mala si te preocupa el Valencia CF, si no es de este modo puedes estar tan tranquilo confiado y feliz como un redactor del Batzine o como el presidente de La Liga. Javier Tebas quien ha sido capaz -con tal de justificar a Peter Lim- de inventarse una liga en la época de Ranieri. Tal título debe viajar en un multiverso -al estilo de los de los de Marvel- junto al descenso a segunda tras las finales de Champions descrito hace unos días por Murthy, la finalización del Nou Mestalla para el Centenario, la seguridad de no realizar un ERTE en plena pandemia, o la carta de dimisión de José Luís Zaragosí... En definitiva la conversión de aquel Tebas que dijo en 2014 que no le gustaba la llegada de Peter Lim al Valencia CF a este que sitúa el centro de la crítica en la xenofobia o que le echa la culpa de todo lo ocurrido en el club desde septiembre de 2019 a Marcelino García Toral, es digna de ser recogida por las Sagradas Escrituras para figurar en lugar del relato de la conversión de Saulo cuando vio la luz cegadora y pasó de perseguir cristianos a abrazar tal religión (incluso a Cristiano Ronaldo). Alabado sea Peter.
Pero no es el caso. La cosa está fastidiada, y mucho. Con el carro cada día más metidito en el fango y con el equipo con siete puntos ya metido en la parte baja de la clasificación.
No soy yo quién para decirle a nadie lo que tiene que hacer, decir, creer o pensar, pero sí tengo algo claro que mis años en el mundo del fútbol y como informador me han enseñado. Miren, ni esta es la plantilla que más me ilusione y me motive. Ni estos son los mejores jugadores para hacer un proyecto digno a la altura del nombre del Valencia CF. Ni este es el mejor entrenador que ha pasado por el banquillo del club... pero estos son los que han de sacar el carro del fango. No hay otros que vayan a hacerlo.
Y esto no significa aplaudirlo todo. Que a mi tampoco me cuadran algunos movimientos de Javi Gracia. Que sigo pensando que Correia no tiene nivel para jugar en un Valencia digno (y cuando no desentona, te muestra cuál es el nivel del equipo). Que espero que Cillessen, Cheryshev o Gameiro demuestren porqué son las fichas más altas de la plantilla, o que Kondogbia sea profesional hasta el dia que tenga que salir (si llega ese día). Pero el juguete está ya muy zarandeado desde la propiedad, y si se rompe lloraremos aquí, no allí. Pese a las trampas que ponen los que mandan para que centremos las críticas en lo que se ve (jugadores, entrenador, empleados), y que son quienes dan la cara tratando de validar una gestión delirante, lo que se ve es la consecuencia de la gestión. No pongamos el foco donde quieren que lo apuntemos mientras los responsables se van de rositas cada mañana a ponerse como "Sangonera" en cualquier terraza de las inmediaciones de Mestalla.
Sería recomendable que fuéramos lo más comprensivos posibles con el entrenador y los futbolistas porque son los profesionales más fiables que tiene el club para afrontar la parte deportiva. Ustedes dirán de quiénes se fían más para intentar no caer en el abismo: de Javi Gracia y sus chicos o de Peter Lim y los suyos. Creo que la cosa no tiene color.