El lastre de no dejar la portería a cero penaliza al Valencia

VALÈNCIA. "Para las ocasiones que nos hacen, nos meten demasiados goles", afirmó el técnico del Valencia Marcelino García Toral tras el Valencia-Real Madrid de este sábado al analizar un aspecto clave de la trayectoria de su equipo en la actual temporada, en la que ya le han marcado veinticinco goles.

Marcelino también explicó que el Real Madrid no creó ninguna jugada de peligro en el primer periodo y que las dos de la segunda parte llegaron muy al final. Se produjeron en un momento en el que el Valencia estaba exhausto por el esfuerzo del propio encuentro y por los 120 minutos del miércoles en Copa del Rey ante el Alavés.

A pesar de que el Valencia es tercero en la tabla, sus victorias a estas alturas de temporada se han dado con frecuencia sin que fuera capaz de mantener su portería a cero y con registros de goles en contra mucho más elevados que los de los equipos que le preceden en la clasificación.

El Valencia ha recibido un promedio superior a un tanto por partido en el capítulo de goles en contra y solo ha escuchado en seis ocasiones el pitido final del encuentro con la portería a cero.

El conjunto que dirige Marcelino lleva nueve partidos en los que siempre ha recibido gol, todos los disputados en los últimos dos meses, desde la victoria en Cornellà ante el Espanyol por 0-2 a mediados de noviembre, aunque hasta la derrota contra el Real Madrid todas la derrotas habían sido por un solo gol de diferencia.

Esta situación se truncó ante el equipo madrileño en los últimos diez minutos del choque que finalizó con victoria forastera por 1-4, pero que registraba un ajustado 1-2 en el minuto 83.

Con todo ello, se puede decir que los buenos resultados del Valencia durante la primera vuelta de la Liga han sido consecuencia de su capacidad de marcar un gol más que el rival que de la mostrada para no recibir tantos, pues algunas de sus victorias importantes las obtuvo con varios goles en contra.

En su racha histórica de ocho victorias consecutivas entre finales de septiembre y principios de diciembre, el Valencia logró triunfos como el del Betis al que le metió seis goles, pero frente al que encajó tres en muy pocos minutos.

Además, los triunfos ante la Real Sociedad y el Athletic Club de Bilbao fueron por 3-2, marcadores que quizá estimularon al espectador, pero que no gustaron demasiado a Marcelino.

Una de las claves del elevado número de goles que recibe el Valencia puede estar en las constantes variaciones introducidas en el eje de la zaga a lo largo de la campaña con una dinámica que ha tenido dos etapas marcadas por la lesión del colombiano Jeison Murillo en noviembre.

Hasta entonces, Marcelino introducía rotaciones constantes en el centro de la zaga entre Murillo, el brasileño Gabriel Paulista y el argentino Ezequiel Garay, rotaciones que también se produjeron tras la lesión, aunque con menor frecuencia, cuando volvió a jugar Rubén Vezo.

Cuando Murillo quedó fuera del equipo, el Valencia no conocía la derrota, pero desde entonces ha recibido gol en todos los encuentros, además de haber perdido cinco partidos, haber tenido problemas físicos en defensa y haber formado con una retaguardia de circunstancias ante el equipo madrileño por las sanciones de Paulista y Vezo.