Pese al mal momento general de la mayoría de internacionales, que están rindiendo por debajo de su nivel, el inmovilismo marcará el once español. Solo sale Thiago. Entrará Koke para dotar de mayor seguridad al corredor de seguridad de La Roja y fortalecer una zona donde Busquets ha estado muy solo y Pique y Sergio Ramos demasiado irregulares.
VALÈNCIA. España jugará de local y de rojo en el majestuoso Luzhniki ante la selección anfitriona, Rusia, en el decisivo combate de octavos de final de la Copa del Mundo. Cerca de 82.000 personas -2.000 de ellas serán españoles- llenarán el estadio más bonito del Mundial, una joyita arquitectónica conocida como estadio Lenin hasta la caída de la URSS.
Finalmente el tráfico no se detendrá en Moscú para que el presidente de la Federación Rusa Vladímir Vladímirovich Putin llegue a tiempo al estadio sin caer en los problemas de circulación que afectan a una ciudad de 12 millones de habitantes. Cuando Putin circula en Moscú con motivo de algún acto oficial, el tráfico se corta pero hoy eso no sucederá porque el presidente no estará en el palco pese al peso nacional del partido. Felipe VI, rey de España, sí estará en el palco para apoyar al combinado nacional español.
No habrá revolución Hierro en la formación inicial. Delante de los puntas rusos estará con De Gea en la portería y solo habrá un cambio respecto al último partido: Koke acompañará a Busquets. Thiago es el único sacrificado. El resto, excepto sorpresa, los mismos. Hierro zanjó el debate de la portería en la ronda de entrevistas que concedió durante la noche del viernes. "Juega De Gea. Ha estado al nivel que todos esperábamos de él en los dos últimos partidos". Y punto.
Pese al mal momento general de la mayoría de internacionales, que están rindiendo por debajo de su nivel, el inmovilismo marcará el once español. Solo sale Thiago. Entrará Koke para dotar de mayor seguridad al corredor de seguridad de La Roja y fortalecer una zona donde Busquets ha estado muy solo y Pique y Sergio Ramos demasiado irregulares.
Silva, otro que apuntaba al banquillo, parece que se mantendrá en el once inicial. Iniesta juega de salida e Isco es fijo. Diego Costa seguirá liderando el ataque pese al gol salvador de Iago Aspas y el dinamismo que aporta Rodrigo que, igual que le sucede a Aspas, encaja mejor en el fútbol combinativo de España. En el lateral derecho, otro zona sometida a la crítica desde que Hierro decidió darle cancha al renqueante Carvajal, tampoco sucederá nada. El lateral del Real Madrid mantendrá su estatus de titular pese a su bajo rendimiento.
La selección de Rusia, que ocupaba el número 70 en el ranking de selecciones FIFA antes de la disputa del Mundial por debajo de todas las demás selecciones participantes, es el rival idóneo para que España rompa a jugar y salga del estado de depresión, duda e inseguridad en el que está sumido. Los rusos jugarán, eso sí, con el aliento de cerca de 80.000 gargantas. El gigante Artem Dzyuba, delantero que liderará el ataque local, entiende que España es favorita. "El partido con España será como una pelea de boxeo entre un púgil joven y descarado y un maestro experimentado".
En el horizonte, el recuerdo de que diez años atrás España se proclamaba campeón de Europa en la Eurocopa de Austria y Suiza con el gol de Fernando Torres ante Alemania. A ese recuerdo glorioso e inmortal también se agarra La Roja. Los tiempos coinciden. No es una final pero por todo lo vivido hasta ahora el partido ante Rusia trasciende a la importancia que ya tiene de por sí una eliminatoria de octavos en una Copa del Mundo.
Rusia, por su parte, tendrá que decidir si quiere asumir la pelota y controlar el partido o, lo que sería más probable, preocuparse más de refugiarse de forma ordenada cerca de su área y de robar para lanzarse con velocidad, una de sus mejores cualidades, hacia la portería española. Arriba los rusos tiene balas.
Situada como la peor del ranking FIFA de las 32 clasificadas antes de 'su' Mundial, los rusos han dejado buena imagen después de una preparación de dos años bastante discreta; su grupo no era del todo exigente y el partido que más lo parecía, el de Uruguay, lo afrontó ya clasificada y sin más necesidades que pelear por ser primero o segundo. Con todo, llega confiada tras sus sensaciones y por pasar por primera vez el primer corte de una Copa del Mundo desde que lo hiciese en 1986 todavía como la URSS.
Stanislas Cherchesov, seleccionador ruso, realizó rotaciones ante la selección charrúa hace unos días, sobre todo en la zona defensiva, donde están las mayores debilidades de su equipo. Mario Fernandes y Zhirkov volverán a sus respectivos laterales ante España para formar con el veterano Ignashevich y Kutepov la defensa de cuatro, aspecto táctico diferente al del amistoso de noviembre cuando jugó con tres.
A partir de ahí, Rusia tiene calidad, sobre todo en Aleksandr Golovin, ya centro de miradas de los grandes clubes, y gol en la figura de Denis Cheryshev, que ha aprovechado la lesión inicial de Alan Dzagoev, que ya se ha recuperado y podría estar de vuelta, y de Artem Dzyuba, que pugna por ser el '9' titular junto a Fedor Smolov, que hizo un doblete en el duelo de San Petersburgo.
España: De Gea; Carvajal, Ramos, Piqué, Jordi Alba; Busquets, Koke; Isco, Iniesta, Silva; y Diego Costa.
Rusia: Akinfeev; Mario Fernandes, Kutepov, Ignashevich, Zhirkov; Zobnin, Kuzyaev; Samedov, Golovin, Cheryshev; y Dzyuba.
Árbitro: Bjorn Kuipers (HOL).
Estadio: Luzhniki de Moscú.