VALÈNCIA. Al Llevant se le escapó el pleno semanal en el 92'. Un Granada insignificante en la primera parte empató a uno en un error de la zaga granota, tres minutos antes del descanso. Y volvió a empatar a dos, a un suspiro del pitido final. En el 1-1, a la escasa contundencia, intensidad y concentración en el centro de la zaga –ya retratada con un eslalon de Foulquier– le siguió la pifia en el despeje de Miramón y, renglón seguido, la terrible indolencia defensiva de Rochina, que ni siquiera se molestó en encimar a Kenedy. El 1-1 fue frustrante. El Llevant lo había hecho todo para contar con amplia ventaja. Me imagino el mal humor allá abajo. Trabajar como así y echar por la borda el esfuerzo porque uno de los muchachos ha decidido que defender no es cosa suya. Estimamos y ponemos en valorlas virtudes futbolísticas que el saguntino le aporta a este equipo pero es indefendible cuando muestra esta cara de la moneda.
Antes de eso Aitor se había marcado un paradón de balonmano ante Kenedy, igual de esporádico que el gol andaluz. El once granota, pese a ello, disfrutó en la primera mitad de una superioridad insultante y pudo marcharse al vestuario con diferencia, de haber tenido más acierto. En el 29' Morales había celebrado la renovación con su primer gol. En el 66' lo hizo con el segundo. En el 1-0 Miramón la metió para Roger, que no pudo empalmar, bien defendido, y el balón salió trastabillado hacia Morales quien, en carrera, la puso de primeras pegada al palo, con maestría, justo donde no llegaba Rui Silva. El 2-1 llegó cuando el Granada se había hecho dominador del partido, creaba acercamientos peligrosos y el Llevant buscaba la contra. En un pim-pam-pum, con Roger, De Frutos y Morales, éste fusiló las mallas rivales. Era el 66'.
Soprendió que entonces López no diera entrada a Malsa, ante el previsible acoso del Granada, con Radoja al límite de sus fuerzas –¡otro partidazo!– y Melero con escaso protagonismo en la contención durante todo el encuentro. El serbio será fundamental de nuevo en San Mamés, como lo viene siendo partido tras partido, a la sombra del fútbol fulgurante de otros compañeros.
A partir del 2-1, y con el Granada volcado, el Llevant desaprovechó una tras otra ocasiones clarísimas para matar el partido. No lo hizo y lo pagó. López respondió a la entrada de Soldado con la de Postigo y el cambio de sistema a tres centrales para maniatar la pretensión nazarí de colgar al área. Ni con esas. En el 93' Soldado remató solo en el punto de penalti. Postigo, el héroe del no-gol de cuartos, estaba con él mientras Puertas caracoleaba. En el momento de centrar ya no; Vezo, entonces, tampoco marcaba a nadie. Marcelino seguro que tomó buena nota. Algo tan grotesco, en San Mamés, podría tirar por la borda las opciones de pasar a la final. El Athletic percutirá una y otra vez esa clase de jugada. De momento, en Liga, ha provocado la pérdida de dos puntos que hubiesen disparado al Llevant en la tabla. Esperemos la mejor versión de Vezo y Postigo. Y que Duarte siga de dulce.
No todo puede salir bien siempre. La parte positiva es que el Llevant suma ya catorce partidos con una sola derrota (en el Madrigal) y que el brusco descenso a tierra provocado por Soldado podría ser útil para afrontar la semifinal desde la convicción de que este equipo es muy bueno en la humildad, cuando es intenso, va al 110% y está concentrado, y muy vulnerable cuando se cree alguien. Conlos chicos al 110%, sin creer que ya han ganado algo, el Llevant es mi favorito para llegar a la final.
Llevant UD 2-2 Granada
UNO A UNO: Aitor (7); Miramón (5) (Postigo (4) 81'), Vezo (5), Duarte (7), Clerc (6); Rochina (4) (De Frutos (7) 63'), Melero (5), Radoja (8), Morales (9) (Son (6) 73'); León (6) (Gómez (5) 63'), Roger (9) (Bardhi (5) 81').
—Paco López (7).
GOLES: 1-0 Morales 29'; 1-1 Kenedy42'; 2-1 Morales 66'; 2-2 Soldado 92'.