VALÈNCIA. El español Roberto Martínez está reescribiendo la historia del fútbol belga y está en disposición de añadir un nuevo capítulo a la de los entrenadores 'extranjeros' en la Copa del Mundo, en la que tan solo dos han conseguido alcanzar la final y ninguno ha logrado el título.
El técnico español, nacido en Balaguer (Lleida), que cumplirá el próximo 13 de julio 45 años, puede unir su nombre a los de dos mitos como el inglés George Raynor y el austríaco Ernst Happel.
De hecho, en la Copa del Mundo ningún técnico extranjero había llegado tan lejos como Martínez con Bélgica desde que el brasileño Luiz Felipe Scolari metió a Portugal en semifinales en Alemania 2006.
El cuadro luso quedó varado en dicha ronda al caer ante Francia por 0-1 con una diana de Zinedine Zidane de penalti. Luego perdió también en la lucha por el tercer puesto frente a Alemania (1-3).
Raynor llevó a la selección de Suecia sueca a la final del Mundial disputado en el país nórdico en 1952 y Happel a la de Holanda a la de Argentina 1978.
Nacido en la pequeña población de Wombwell, Raynor no despuntó como futbolista y su carrera en activo acabó cuando ingresó en el ejército británico para tomar parte en la Segunda Guerra Mundial, donde aprovechó en Bagdag para dirigir a una selección de militares y funcionarios en Irak.
De regreso a Inglaterra fue felicitado por la propia Asociación de Fútbol, que atendió una petición de la Federación de Suecia en 1946 y le recomendó para trabajar en el país nórdico.
No tuvo un inicio fácil, pues se estrenó con derrota ante Dinamarca (1-3), por lo que recibió críticas. En cambio, enderezó el rumbo, logró simultanear su labor con la de entrenador de clubes y formó un bloque estelar que coronó con el oro en los Juegos de Londres 1948 y dos años después con la final en el Mundial en Suecia, en la que ya no pudo con la Brasil de Pelé.
Ernst Happel, por su parte, es quizá la figura más relevante en la figura del fútbol austríaco. Prácticamente ligado como jugador al Rapid de Viena y a la selección centroeuropea brilló como técnico allá donde fue, en Holanda, Bélgica, Alemania y en su propio país.
Ganó la Liga en cuatro países diferentes, logró la Copa de Europa en 1970 (con el Feyenoord holandés) y 1983 (con el Hamburgo alemán), y en 1978 consiguió guiar a la 'oranje' a la segunda final de la Copa del Mundo consecutiva.
El conjunto holandés, ya sin Johann Cruyff pero con algunas de las figuras que habían 'creado' la 'Naranja mecánica', se tuvo que conformar de nuevo con el subcampeonato al caer en la prórroga, en el estadio Monumental de Buenos Aires, ante la selección anfitriona que dirigía César Luis Menotti y abanderaba en el campo Mario Alberto Kempes.
Roberto Martínez tuvo un inicio en el cargo con la selección belga también complicado al caer con claridad en su estreno, en Bruselas, ante la selección española en la que comenzaba así mismo Julen Lopetegui.
Incluso tuvo que escuchar cómo parte de la afición recordaba el nombre de su predecesor y se cuestionaba el por qué de su contratación. Metódico y convencido de su modelo, 'Bob' Martínez, como era conocido por haber desarrollado prácticamente su carrera en el Reino Unido, recondujo la situación y ha devuelto a los 'diablos rojos' al primer nivel mundial.
Ahora le queda un paso para entrar en los libros de historia. Para ello, el técnico más joven del Mundial de Rusia y su equipo deberán superar a Francia y luego alcanzar lo que no pudieron Raynor y Happel.
