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opinión / PELEANDO A LA CONTRA

Sólidos con Vukcevic

14/01/2019 - 

VALÈNCIA. El colchonerismo –si me permiten el abuso del sufijo– es una religión afecta al llanto y al victimismo, una forma de estar en el mundo como cualquier otra. Les funciona. Nada que reprochar. Cada cual se las ingenia como puede para salir adelante. Ellos han aprendido a manejar así la competición y se les consiente, aunque raye en la ilegalidad. Todos lo saben y todos callan. Simeone, la grada y hasta los comentaristas de Bein Sports llevan el ascua a su sardina hasta hacer creer al rival ­–y sobre todo al árbitro– que no ganar sería un pecado, una anomalía, una injusticia cósmica.

Es una dialéctica cansina, la del rebelde pijo­–que Griezmann encarna como nadie–, la del entrenador con dotes para el verbo que juega a la trascendencia, sabedor de que todo es un teatro, hasta convertir a los contrincantes en puras comparsas, con la complicidad del entorno. Es una fórmula de éxito también. Los tres puntos no entienden de ética. La Champions al final del curso, tampoco. Ahora bien: ¿es lícito? Desde luego que no, cuando consigue su objetivo: adulterar la competición, como ayer.

Prieto Iglesias trató de resistirse. Anuló el 1-0 a Koke por una falta a Bardhi, tal vez demasiado sutil, y aguantó la presión atmosférica del Wanda para no ver penalti donde otros más necesitados de cariño mediático lo hubiesen pitado. El coraje le duró hasta el 56’. Entonces la pifió. Con saña: insistió en su flagrante error tras ver la jugada en la moviola. A estas horas todo el mundo ya sabe que eso jamás es penalti, pero lo pitó. Y desatascó para los rojiblancos un partido que se había puesto muy cuesta arriba.

El Atlético apenas creó opciones de gol; y el Llevant aún menos. El dominio y la sensación de peligro fueron madrileños, pero este deporte no se resuelve a los puntos. Los levantinos –al fin blanquinegres– hicieron un planteamiento muy serio, anulando los recursos ofensivos de un once multimillonario, pese a que se notó la ausencia de Postigo. La nota para el optimismo es que Vukcevic crece a paso de gigante.

La Liga está más competida que nunca y la clasificación se ha comprimido hasta el punto que la visita del Valladolid a Orriols se convierte en una final para huir de la zona peligrosa de la tabla. Con la virtudes mostradas ante Barça y Atleti y un punto de suerte y acierto debería ser más que suficiente para que este once, más sólido que nunca, vuelva a sumar de tres en tres.

CLAVES/ Borja Bens

••• El partido tuvo muchas idas y venidas, con una ventaja táctica para los colchoneros: siempre acabaron jugada, impidiendo las contras levantinas.

••• Durante la semana Simeone advirtió que una de las claves del partido sería taponar los espacios a Morales. Paco López no fue tan explícito, pero la zaga granota secó a Griezmann.

••• Jason y Toño, con la renovación en vía muerta, siguen creciendo como carrileros, tanto en el aspecto ofensivo como en el defensivo, aunque como suele suceder con todos los rivales, Simeone ordenó castigar en ataque el flanco de Chema y Toño, más débil.

••• Oier no tuvo que hacer paradas de mérito, pero no repitió errores como quedarse clavado bajo palos o regalar pases largos al rival que provocan situaciones de peligro. Esa mayor dosis de seguridad en la retaguardia, sumada a la efectividad de Vukcevic en el robo de balones en la medular, mejoró la solidez defensiva y la estabilidad del equipo. El montenegrino es una de las grandes noticias del partido, pese a la derrota: además de su efectividad como zapador, estuvo preciso en el pase y contribuyó a sacar el balón jugado desde atrás, cuando se pudo.

••• No se puede estar en misa y repicando. Se ganó seguridad atrás pero se perdió la fluidez entre las líneas de creación y ataque levantinas: Campaña y Bardhi conectaron pocas veces con Roger y Morales. La primera parte fue plácida para Oblak, que iba a salvar los tres puntos en el tramo final del partido, tras parar un zapatazo de Morales en el uno contra uno. Ahí se desvaneció el sueño de puntuar en el Metropolitano. El equipo, sin embargo, como de costumbre, nunca se rindió.

UNO A UNO: Oier (6); Cabaco (7) Rober (7) Chema (5) Coke (6) 45’); Jason(7), Vukcevic (8) (Rochina (6) 67’), Campaña(6), Bardhi(6), Toño (7); Morales(6), Roger(5), (Mayoral(5) 67’).

Paco López (8)

Gol: 1-0 Griezmann 56’ (p).

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