VALÈNCIA. Maxi Gómez llega al Valencia con la misión de romper el gafe uruguayo que azota al Valencia CF desde hace casi tres décadas. Miguel Ángel Bossio fue el último charrúa que triunfó con la elástica blanquinegro, algo que hicieron otros compatriotas suyos anteriormente como Fernando Morera, Héctor Núñez o Wilmar Cabrera.
Sin embargo, esta dinámica se rompió en la temporada 1997-1998 con el fichaje del Balón de Oro del Mundial sub20, Nico Olivera. Un gafe que ha perdurado en los seis siguientes fichajes uruguayos del Valencia CF: Diego Alonso, Gonzalo De los Santos, Fabián Canobbio, Mario Regueiro Fabián Estoyanoff e Ignacio González no terminaron de asentarse en el club de Mestalla, una maldición que va a intentar romper Maxi Gómez.
Volviendo a Nico Olivera, fue una de las operaciones que marcó el inicio del final de Paco Roig en la presidencia. Fue un movimiento ambicioso del expresidente que no salió como se esperaba. El Valencia pagó 700 millones de las antiguas pesetas por un jugador que nunca se hizo un sitio y acabó jugando en varios clubes de España como Sevilla, Córdoba y Valladolid. En Valencia fue más conocida su afición a la música reggae y a Bob Marley que por su fútbol.
En segundo lugar, en la campaña 1999-2000 el uruguayo que llegó, al igual que ahora Maxi Gómez, para liderar el ataque fue Diego 'El Tornado' Alonso. Tras brillar en Argentina, el Valencia desembolsó más de 1.500 millones de pesetas y al año siguiente se fue cedido al Atlético de Madrid. Al igual que Olivera, acabó saltando por equipos en España y también jugó en el Racing de Santander, Málaga y Real Murcia.
El fichaje uruguayo más caro de la historia del Valencia hasta que se ha cerrado el de Maxi Gómez. Más de 2.000 millones de pesetas que nunca se justificaron sobre el césped. Dos temporadas discretas que le llevaron a irse cedido al Atlético de Madrid.
En la temporada 2003-2004, el Valencia sorprendió con la incorporación de Fabián Canobbio. Vino para ser el sustituto del Kily, pero su paso por Valencia fue más recordado por la frase de Benítez que por su juego: "Pido una mesa y me traen una lámpara". Al igual que el resto de uruguayos anteriores, acabó jugando en otros clubes de la liga como Celta de Vigo y Real Valladolid.
El siguiente 'fiasco' fue Mario Regueiro. Estaba adaptado a la Liga, jugó muchos años en el Racing de Santander y se apreció como un fichaje bueno calidad-precio, puesto que llegaba con la carta de libertad. Quique apenas le dio minutos y se fue al Real Murcia.
La siguiente apuesta traída de Uruguay fue a cargo de Javier Subirats con Fabián Estoyanoff, procedente del Club Atlético Fenix. Subirats le definió como "una de las promesas con más proyección del fútbol uruguayo y pasa a ser una apuesta de futuro del Valencia". No fue así. Estuvo cedido en el Cádiz y luego en el Deportivo sin llegar a debutar nunca con el Valencia.
La última 'pincelada' la dio Nacho González, que tampoco llegó a jugar ningún minuto con el Valencia CF en competición oficial. Tuvo muchos problemas con las lesiones y tampoco disfrutó de regularidad en ninguna de las cesiones que tuvo. Abandonó el club tras tres campañas.
En definitiva, Maxi Gómez llega a Valencia con el objetivo de convertirse en uno de los símbolos de la afición y dejar atrás los 'fantasmas' que han rodeado a sus últimos compatriotas como valencianistas.