¿A quién le importa el Levante?

VALÈNCIA. No habían pasado ni 24 horas del bochorno arbitral de Butarque y el Levante ya había solicitado el audio del VAR sobre la jugada del inventado fuera de juego posicional de Postigo. Se anunció el viernes por la noche; a la mañana siguiente, el Comité Ténico de Árbitros ya tenía la petición formal encima de la mesa. Y el lunes, al cierre de esta edición, todavía no había respondido. Ni siquiera estaba cerrada la aprobación de la solicitud -la cual, lógicamente, por legislación y aunque fuera solo por decoro, se entiende impepinable-. Jorge Lucas, con sobrada experiencia en estos casos, tendrá que viajar a Madrid para personarse, escuchar los audios y representar de viva voz una queja que de verdad sirva. No tweets, no berrinches -con perdón- en redes sociales que, a ojos del estamento arbitral, restan credibilidad y están más cerca de ser sancionados que atendidos. Por lamentable que parezca, así funciona. 

El quid de la cuestión no está en que haya que coger un tren a la capital para escuchar la grabación -eso ha sido así desde que el VAR es VAR y el CTA, como una pared de hormigón armado-, ni que las protestas de Danvila y Miñambres vayan a ser castigadas mañana -porque es, a pesar de que estuvieran todos cargados de razones para clamar al cielo, lo habitual, lógico y normal-. Lo realmente triste es que, tres días después, un club tan perjudicado, que tantas veces ha levantado la mano por errores arbitrales en las dos últimas temporadas y que ha sido víctima de varias equivocaciones graves en un mismo partido, todavía no sepa cuándo va a poder tener acceso a la información que solicita. Me pregunto qué ocurriría si fuera cualquier otro club, uno de los que todos pensamos, quien descolgara el teléfono para patalear por un 'robo'.

No me gusta esa palabra. Me parece del todo chabacana y vulgar, porque no creo en la premeditación de los colegiados ni con el 'caso Negreira' zumbando día sí, día también. Creo en el canguelo, en la mediaticidad de algunos y en lo que cuesta a una persona con silbato señalar el mismo penalti según qué escudos. Es lo de toda la vida. Me supone mucho más esfuerzo comprender la dejadez en un caso como el de Butarque. Me cuesta trabajo entender que el CTA no dé ejemplo por abajo, y sí tanto por arriba. Sería tan sencillo condenar lo de Milla Alvéndiz y González Esteban... Por mucho menos, hay 'neverazos' de mes. Pero claro ¿a quién le importa el Levante? Qué más da, son pequeños, pocos y no salen en los chiringuitos... Eso, hasta el día que a alguien le dé por retirar el equipo del campo y el resto de clubes no miren a otro lado.