VALÈNCIA. Aún dura la decepción de la derrota del Wanda. Como perdimos un partido en minutos, se detuvo el tiempo, no corría y la angustia se cebó en los aficionados como una pandemia que se repetía.
¿Motivos? Para algunos está claro Bordalás no estuvo ni rápido ni acertado en los cambios. La salida inesperada de Koba al campo con el cambio de Guillamón a defensa, era una entrega del centro del campo al rival que se adueñó totalmente de una parcela deseada. Con Rodrigo De Paul campando a sus anchas sin nadie que le frenase. Y eso ante un Atlético de Madrid se paga y más si sacas a Maxi Gómez que no está muy bien ni para atacar ni para defender. Y claro, la ausencia de Hugo Duro en momentos dónde el chaval se vacía como nadie para frenar al enemigo.
Desastre total tras una primera parte que nos había encandilado y levantado de los asientos. Un equipo arriba y sin miedo, creando ocasiones ante un campeón que teníamos delante.
Y de repente, algo insospechado que repite con asiduidad. Alderete se echa al suelo y comienza el 'Panic Day'. Y ahí, precisamente ahí, nos equivocamos. Entró el miedo, la inseguridad, los errores del portero, de los laterales y de una sala de máquinas incapaz de contener al rival que atacó en oleadas.
Muchos errores, demasiados y un miedo escénico increíble. Se sumó Lato a la lesión maldita, se sumó el cansancio de Thierry, se sumó la inseguridad de Jaume, se sumó la calidad del Atlético y llegó la zozobra, el desquicio, el agotamiento mental y una derrota injusta, que sonó a un mazazo en una noche amarga que durante 45 minutos nos hizo soñar. No fue perder, fue la forma de perder.
Después llegan las explicaciones. Para el míster que si los chavales, que si nos faltan jugadores (bien sabe el míster que para ese partido era difícil jugar con refuerzos igual que contra el Sevilla). Y bien sabe que los que vengan estarán para la Real Sociedad. En resumen, más autocrítica que siempre viene bien la humildad. Los Costa, Marcos André, Cheryshev, Racic, Vallejo estaban allí y podían haber aportado algo más de lo que vimos. Wass estaba pero se borró. Hecho lamentable y consentido. Una pena.
Dicho esto, los dirigentes del club ya han visto un entrenador que trabaja y que como todos acierta y se equivoca. Equipo honesto que se deja la piel en el campo y que corre hasta que no puede más. Hay que reforzarlo. Hay que firmar 3 o 4 jugadores que aporten calidad y experiencia, cedidos, comprados, alquilados o mareados. Como sea. Si este equipo se refuerza y hay tranquilidad, aún no se ha dicho adiós a los objetivos. Si la soberbia se impone, si no hay acuerdos normales, si el protagonismo no deja paso a la sensatez mal iremos. Y esa sinrazón nos aboca a la angustia y al sufrimiento de los que queremos al Valencia.
Es hora de hacer las cosas bien, sobre todo, porque estamos a tiempo. Ahora ellos tienen el poder y las decisiones. Esperemos que no nos defrauden una vez más. Sería algo que no entenderíamos. AMUNT.