VALÈNCIA. A la espera de mantener la reunión prometida con Peter Lim para hablar de refuerzos en el mercado de invierno, Bordalás ha ganado dos efectivos para la causa con los que casi nadie contaba: Diakhaby y Piccini.
El caso del francés es altamente significativo. Tras no encontrarle un acomodo por segundo verano consecutivo, el defensa partía como tercer central de la plantilla porque tampoco llegó el refuerzo para ese puesto que el entrenador demandó durante los meses de calor.
En principio el rol del francés se iba a limitar a entrar en los minutos finales para ayudar en los partidos que se ganaban por la mínima, y suplir las bajas que por tarjetas o dolencias pudieran sufrir Gabriel o Alderete.
Sin embargo Bordalás ya avisó -con la temporada ya comenzada- de la satisfacción del cuerpo técnico por la evolución del galo: "Diakhaby está preparado para jugar y competir. Ha tenido una progresión enorme en un breve período de tiempo. Siempre está preparado para ayudar al equipo", dijo el alicantino justo antes de viajar a Cádiz. Pese a esperarle un ambiente especialmente hostil tras los incidentes de la temporada pasada, Diakhaby compareció durante 30 minutos en aquel encuentro supliendo a un Alderete que vio muy pronto la cartulina amarilla. Lejos de amilanarse, el central demostró mucha entereza mental, principal punto débil del francés desde que llegara hace ya 4 temporadas a la ciudad del Turia.
Pese a salir en la foto de dos de los goles encajados ante el Atlético en Mestalla (se perfila mal ante Luis Suárez en el primero y no llega a un pase por alto que acaba en la diana de Vrsaljko), esto no hizo mella en el futbolista, que volvió a los onces tras la lesión muscular de Gabriel en la jornada 12 ante el Villarreal.
A su vuelta está rindiendo a un alto nivel y con una seguridad en sus posibilidades nunca vista hasta ahora. Ante la Real en el Reale Arena neutralizó a Isaak -salvo en un latigazo del sueco neutralizado por Cillessen- e incluso ejerció como defensa de jerarquía durante diferentes fases del partido dando órdenes atrás y arengando a los suyos. Su nivel también fue más que aceptable ante el Rayo Vallecano y estuvo impecable ante el Elche en la pelea con los "Lucas" (Pérez y Boyé), y sirvió de cabeza la pelota que Piccini acabó convirtiendo en el gol del triunfo. Este es su mejor momento en Valencia desde que llegara en verano del 2019 procedente del Lyon. Mentalmente parece haber dado un paso adelante con el consiguiente éxito del trabajo llevado a cabo por el cuerpo técnico.
El gol de Cristiano Piccini fue un triunfo a la constancia y a la lucha contra la adversidad del futbolista italiano que ha luchado a brazo partido contra las lesiones desde que se rompiera la rótula en agosto de 2019. Esa temporada se la perdería entera, en 2020 salió cedido a la Atalanta.
Nadie confiaba en que el italiano pudiera volver a la élite y en el club se felicitaban por haber conseguido colocar a préstamo al lateral en el conjunto bergamasco. Los hechos alimentaron la desconfianza: sólo jugó 59 minutos contra la Spezia. Después de 5 meses y 7 días la Atalanta cortaba la cesión y devolvía al futbolista. Hasta final de la campaña jugo 67 minutos más. Reapareció en la jornada 33 el 18 de abril ante el Betis en el Villamarín para jugar 23 minutos. En el tramo final de liga con la llegada de Voro al banquillo jugo 22 minutos en la jornada 36 ante el Sevilla y 22 más ante el Eibar en Mestalla en la jornada 37.
Llegó el verano y Bordalás al banquillo del Valencia CF. Con Thierry Rendall como teórico titular de la plaza, Bordalás consiguió el fichaje de Dimitri Foulquier, quien también actúa fundamentalmente como lateral en el costado diestro de la defensa. Las cosas tampoco pintaban bien para el transalpino después de haber actuado sólo en 45 minutos del primer amistoso (ante el Villarreal) de los siete que disputó el equipo.
Mientras tanto sólo Piccini creía en Piccini. Le echaba horas y horas y en su recuperación pese a que muchos creían que el jugador había perdido su sitio en la élita tras casi dos años en blanco. Pero el italiano tenía entre ceja y ceja volver a sentirse futbolista, y a Bordalás no le pasaba inadvertido el esfuerzo del jugador.
Piccini apareció por sorpresa en el tramo final del encuentro ante el Villarreal en el que disputó 8 minutos supliendo a Gayà. Sin embargo, sufrió muchísimo y acabó a duras penas el tramo que le tocó jugar.
Ante el Utrillas en Copa jugó el tramo final 17 minutos supliendo a Foulquier. Nada hacía prever que el transalpino sería titular en Balaídos ante el Celta. Justò ante el rival y en el escenario en el que jugara su último partido antes de lesionarse a finales de agosto de 2019. Pese a sus limitaciones aguanto unos dignos 73 minutos hasta que se le agotó la gasolina y dejó su sitio a Toni Lato. Aún así, sufrió mucho en el dos contra al que entre Javi Galán y Franco Cervi le sometieron.
Justo al revés que el pasado sábado. El de la Pobla se lesionó en el minuto 20 y dejó su sitio al italiano lo que obligó a Foulquier a ocupar la banda zurda. Piccini se atrevió mucho más y estuvo más presente en defensa y por supuesto en ataque. El gol final, como sucediera hace tres temporadas ante el Huesca y que sirvió para salvarle la cabeza al Marcelino, fue una locura. Fundamentalmente para el futbolista, que vio abierta la puerta al final de tanta adversidad. Por eso corrió a celebrar el gol con la mirada perdida y los brazos abiertos como queriendo abrazar a los más de 30.000 seguidores que gritaron enfervorecidos su gol. Era una diana para batir a tanta adversidad y el premio a dos durísimos años a nivel físico y mental.
Falta por ver cuando será la comentada reunión entre Peter Lim y Bordalás con el mercado de invierno como tema principal y falta por ver en qué condiciones puede complacer el club las peticiones del entrenador teniendo en cuenta la situación económica de la entidad. Por el momento, el trabajo del alicantino ha sumado dos efectivos más a la causa como Diakhaby y Piccini. Dos fichajes inesperados que le pueden sacar de más de un apuro.