VALÈNCIA. Cesiones en la recta final del mercado: jugar a la ruleta. Esa es la carta que pretende utilizar Meriton para reforzar la plantilla de Javi Gracia. Con un mercado de jugadores libres con un nivel por debajo de lo que necesita el Valencia, la dirección deportiva espera que conforme avancen los días vayan apareciendo oportunidades de mercado.
Desde que Meriton está al mando de las operaciones en el Valencia, ha optado en varias ocasiones por traer varios futbolistas a préstamo. En ocasiones con obligatoriedad de compra como Negredo, Murillo o Rodrigo Moreno, por ejemplo. Actualmente, la preferencia del Valencia es encontrar un jugador de nivel que pueda venir cedido y si es posible incluir una opción de compra, pero sin hipotecarse a realizar una inversión grande. En ese escenario, el Valencia se ha encontrado con jugadores que han dado un rendimiento muy distinto. No es una fórmula de máximas garantías y ha habido de todo. Desde grandes aciertos como Kondogbia y Guedes a decepciones absolutas como Michy Batshuayi.
En la primera temporada de Meriton, el Valencia dejó aparcado para enero el fichaje de Enzo Pérez. Para lograr fondo de armario en el centro del campo, Rufete apostó por Bruno Zuculini, que llegó procedente del Manchester City. El argentino duró seis meses en el Valencia y apenas jugó 45 minutos. Además, el último día de mercado el Valencia activó la 'carta Mendes' como emergencia y el agente portugués trajo cedido a Filipe Augusto (Río Ave FC). También llegó cedido a finales de agosto Joao Cancelo con una opción de compra de 15 millones.
En el verano de 2016, el Valencia tenía que recortar presupuesto tras quedar fuera de Europa. Una situación muy similar a la actual, aunque en esta ocasión la pandemia ha agravado un poco más los problemas económicos de la entidad. En las dos últimas semanas de agosto, el Valencia cerró las cesiones sin obligatoriedad de compra de Eliaquim Mangala (Manchester City), Munir (FC Barcelona) y Mario Suárez (Watford). Solo el central francés ofreció un buen nivel en otra campaña decepcionante.
Con la llegada de Marcelino García Toral, el Valencia decidió esperar a las primeras opciones para reforzar el equipo. Mateu Alemany consiguió la cesión con opción de compra de Geoffrey Kondogbia (Inter de Milan) en un trueque con Joao Cancelo y también se hizo por una temporada con Gonçalo Guedes (PSG). Ambos fueron fundamentales para que el Valencia lograra regresar a la Champions. Además, el club de Mestalla pagó tres millones por la cesión de Andreas Pereira (Manchester United) que llegó junto a Guedes el último día de la ventana de fichajes.
Por otro lado, el año del Centenario, el Valencia cerró la cesión de Cheryshev (Villarreal) y pagó tres millones por uno de los 'fiascos' más grandes de los últimos años: Michy Batshuayi (Chelsea). El belga acabó marchándose por la puerta de atrás en invierno.
En enero de 2016 y con la amenaza del descenso en el horizonte, Suso García Pitarch acudió al Atlético de Madrid y al Real Madrid para buscar una cesión y reforzar su plantilla con Siqueira y Cheryshev. Sin embargo, los problemas físicos lastraron el rendimiento de ambos futbolistas en su etapa en el Valencia CF.
Un año después, José Ramón Alexanco firmó como cedidos a Simone Zaza y Fabian Orellana. Sin embargo, el delantero italiano llegó a mitad de enero y el chileno firmó con una obligatoriedad de compra de tres millones de euros. También llegó cedido en 2018 Luciano Vietto, pero lo hizo al principio del mes de enero.
El año del Centenario, el Valencia cerró la cesión sin opción de compra de Facundo Roncaglia. El argentino aportó experiencia a la defensa del Valencia pese a que no estuvo afortunado en la ida de las semifinales de Europa League ante el Arsenal. La temporada pasada el Valencia también acordó en el final de mercado el préstamo de Florenzi, que no respondió a las expectativas.