VALÈNCIA. Óscar Duarte vestirá la nueva camiseta del Levante este miércoles y, con él en la disciplina granota, Paco López ya tiene a todos sus futbolistas de primer equipo disponibles. Treinta y un pupilos en sus entrenamientos con contrato en la primera plantilla -contando al lesionado Blesa, que trabaja al margen por su esguince a cuestas- completan el abanico sobre el que el técnico de Silla ha de completar su nuevo proyecto. Y la línea de centrales, de momento, se queda como está.
La dirección deportiva granota trabaja para sacar a las piezas con las que el entrenador no cuenta -Hernani, Serio Léon, Koke Vegas y Vukcevic son los que, por diferentes motivos, no han tenido minutos en la lista oficial de amistosos del Levante- y también para hacer caja con jugadores importantes en el club con los que cuadrar las necesitadas cuentas de Orriols. Pero por el momento la clave de esa tarea no está en la defensa.
Paco López ha exprimido a Rubén Vezo, que está rayando a buen nivel durante la pretemporada pese a ser uno de los futbolistas por el que el club ha contemplado una salida hasta la fecha. Duarte, por su parte, está renovado por una temporada más tras cumplir los hitos necesarios el curso pasado -disputar el 60% de los choques para ampliar hasta 2022-, pero no se descarta una operación provechosa para ambas partes este verano, aunque eso es algo que ocurre con la práctica totalidad de los jugadores del primer equipo en estos momentos. Durante la aventura del costarricense en la Copa Oro, José Manuel López ha cubierto su sitio mientras que Róber Pier, sin ofertas para salir, redondea una zaga con las mismas caras que dos cursos atrás. Porque Postigo es el único con el puesto asegurado ante los problemas financieros que aprietan en el Ciutat.
Precisamente la zona central fue una línea que no se reforzó la pasada temporada aún con la baja de Bruno González, que tuvo sus minutos de gloria en la etapa pre-coronavirus de hace dos cursos. Fue una parte del campo con mucho reclamo y debate a la hora de firmar futbolistas hace un año. Tanto es así que el propio entrenador ya despejó balones en comparecencias públicas durante los últimos coletazos de la ventana de fichajes entre septiembre y octubre. También lo hicieron David Navarro y Manolo Salvador. La confianza en los centrales en nómina era máxima, al menos de puertas hacia fuera, y no llegó nadie en esa parcela.
Hoy el reloj corre en contra del Levante a medida que se acerca el inicio liguero y varios de sus futbolistas importantes, además de los fichajes, están todavía sin inscribir por culpa del escaso margen salarial existente. Aún así, los centrales no se encuentran por ahora en la primera línea del escaparate dentro de un mercado inmóvil para una operación salida que es obligado acelerar. El club sigue buscando alternativas para alimentar sus arcas... con la máxima de no malvender, que todavía impera.