Lo peor de la derrota en el Manzanares fue que Jaume fue el mejor jugador del Valencia CF en el partido. El portero y el resultado. Porque pese a que se cayó por la mínima el marcador no reflejó lo que se vio sobre el césped
VALENCIA. "Estamos en el camino y hay que seguir trabajando e insistiendo porque este es el camino para estar donde queremos, arriba en la tabla". Todas esas palabras las pronunció el entrenador del Valencia CF, Nuno Espírito Santo, tras realizar su equipo un partido más que pobre en el Vicente Calderón frente al Atlético de Madrid.
Lo peor de la derrota en el Manzanares fue que Jaume Doménech fue el mejor jugador del Valencia CF en el partido. El portero y el resultado. Porque pese a que se cayó por la mínima el marcador final no reflejó lo que se vio sobre el césped en los 91 minutos que tan Gil Manzano arbitró, como casi siempre permitiendo a los atléticos pegar más de lo que debió.
El Atlético de Madrid, que no es el mejor de los últimos años, demostró estar a años luz en todo del Valencia CF. Saben lo que hacer con balón, sin balón y cuando el partido se puso feo supieron controlar el partido dominando sus armas. Tienen una identidad.
Esa continuidad es precisamente de lo que carece el Valencia esta temporada. Se guía por experimentos derivados de planteamientos que se asemejan más a los famosos 'ataques de entrenador' que a un estilo de juego definido y práctico para derrocar al rival.
En este sentido, la realidad en la jornada 9 es que el Valencia no goza de un equipo titular que tenga la confianza de Nuno ni de un sistema fijo sobre el que asentar las bases de un equipo joven. Si el año pasado estaba consolidado el 4-3-3, esta campaña se ha alternado en numerosas ocasiones con la formación del equipo y el resultado es estar a una diferencia de seis puntos de los puestos de Liga de Campeones cuando se han disputado veintisiete.
Además, este vaivén de decisiones como el que ocurrió ayer con otra fórmula fallida con un 4-4-2 sobre el terreno de juego, está provocando que Nuno no solo esté perdiendo la confianza de la parroquia valencianista. En el vestuario afloran las dudas sobre la trayectoria que está tomando el equipo en este inicio de temporada. No hay un guión fijo.
Por tanto, pese al optimismo que pretende instalar el técnico en torno a la línea ascendente que toma el equipo en algunas fases de los partidos, lo cierto es que el portugués no encuentra el camino. La derrota de ayer evidenció los problemas que atraviesa el Valencia y la diferencia abismal que existe en estos momentos con el que es el máximo rival por acabar en los puestos de Liga de Campeones.