Ojalá me equivoque

VALÈNCIA. Si no fuera porque el fútbol tiene cosas inexplicables, y porque es tan dramático pensar en un descenso de categoría, uno no se atrevería a verbalizarlo. Pero la realidad de los hechos de alguien que sigue ininterrumpidamente al equipo dentro y fuera de casa desde hace bastantes años, es que no le veo visos de salvarse a este Valencia CF.

Lo siento si soy muy duro, pero esta plantilla no está preparada para lo que se le viene. No tienen calidad (por mucho que les hablen de jugadores de talento pero jóvenes, eso es más que discutible), y dudo que tengan el compromiso. En cuanto a lo primero, los resultados son evidentes. En cuanto a lo segundo en la plantilla hay ahora mismo cinco futbolistas que a 30 de junio -pase lo que pase- vuelven a su club de origen, 1 que acaba contrato y al menos un par que saben que son los próximos con los que Meriton pretende hacer caja. Ahora que hay que fajarse en el barro ya me dirán ustedes qué tipo de quebraderos de cabeza van a tener aquellos que saben que cuando este barco se hunda ellos van a estar navegando en otras aguas.

Servidor que ha vivido el descenso del 86, que ha visto todos los engendros de Meriton (el de Gary Neville, el de Ayestarán, el de Celades...) observa con terror que este es el peor de todos ellos. Sin jugadores de referencia que puedan echar una mano fundamentalmente en el centro del campo donde una semana San Emeterio, otra Melero, otra Roque Mesa y a la siguiente Oriol Romeu, se bastan y se sobran para dominar el partido desde la zona ancha en una desigual batalla de niños contra hombres. Por eso a medida que el partido avanza y se pone complicado, el equipo se difumina, por eso en las segundas el Valencia se cae.

Y por eso se cae sin remisión. Por eso y por un entrenador al que no le apetece estar, por una plantilla hecha con los pies, por la negativa a reforzarse, por tener uno de los peores calendarios de todos los equipos que están ahí abajo y porque en este club no hay nadie al volante. Es complicado juntar más elementos para obtener un desastre final. 

En el fondo quiero equivocarme. Y que al final de la temporada salgan Folgado y Polit a decirme lo de "eres un exagerado. ¿Ves como no se iba a bajar?". En el fondo quiero que mis compañeros de otras ciudades tengan razón cuando me dicen lo de que "hay tres peores que el Valencia en esta liga". Les juro que quiero, pero veo el equipo y me temo lo peor. Y esto (un descenso) en las manos en las que estamos es una catástrofe de dimensiones bíblicas. 

Sinceramente, creo que no estamos preparados para lo que se nos viene encima. Ojalá me equivoque.