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los profesionales del valencia cf cierran filas pese a la falta de buenos resultados

Unidad en torno a un discurso gastado

1/11/2018 - 

VALÈNCIA. La comparecencia pública de Mateu Alemany no ofreció grandes titulares por lo que respecta a la parcela deportiva. El director general del Valencia CF calcó el discurso de su entrenador (al que, como no podía ser de otra manera, mostró su incondicional apoyo) en los post partidos. Habló de rachas, de falta de puntería arriba, lesiones, jugadores fuera de forma, merecimientos y de trabajo como única medida para revertir en mal inicio de campaña del club blanquinegro. Además habló de la necesidad como dirigente de tener paciencia, recalcándolo con una frase muy significativa "los proyectos no se desmontan en dos meses".

Quizá hubo una ligera aportación al reconocer preocupación por la marcha del equipo: "No estaba en la previsión del club que a estas alturas de temporada estuviésemos en esta posición. Lo vemos de una forma preocupada".

Pero el resto de su discurso podríamos ponerlo en boca de Marcelino tras cualquier partido de los que ha jugado su equipo esta temporada. Por ejemplo y sin ir más lejos, habló de la persistencia en el trabajo y del convencimiento de que se va a revertir la situación: "No estamos donde tenemos que estar y donde va a estar la plantilla y digo que va a estar porque va a estar, estoy convencido".

Del mismo modo, y al igual que hizo Marcelino en la rueda de prensa post-empate ante el Leganés, Mateu Alemany habló de la falta de puntería de los delanteros y de la espectativa que se sigue teniendo sobre su rendimiento: "Nosotros hemos tenido un problema de acierto extraño. En la fase ofensiva no haber tenido ese acierto en los delanteros es una cosa extraña" y añadió: "en general esos estados de subida y bajada de rendimiento en los delanteros han coincidido aquí en todos. Hemos estado en un pico bajo que va a mejorar según los datos que tenemos. Estamos en ese progreso. Han coincidido lesiones, falta de adaptación y desacierto. Tenemos que seguir creyendo y va a salir, porque va a salir. Cristiano el año pasado llevaba tres goles a estas alturas y acabó con 50. Aquí han coincidido todos en un acierto bajo, que no es normal". Al igual que el técnico, el director general alabó la predisposición de los futbolistas en el día a día: "Analizamos el grado de compromiso, el grado de consistencia y el grado de calidad para determinar si el problema tiene solución o hay que buscarlas fuera y esos factores dicen, y es un análisis con valoraciones estadísticas, que el equipo está comprometido".

Del mismo modo que Marcelino apuntó en su día (en ruedas de prensa como la previa al encuentro en Champions ante el Manchester o tras el empate ante el Celta) a lesiones y jugadores fuera de forma por el mundial, Alemany calcó igualmente dicho planteamiento: "en la fase ofensiva no haber tenido ese acierto en los delanteros es una cosa extraña. Llegada tardía, adaptación, Mundial... eso nos perjudica. Aún así al Valencia ha sido muy difícil ganarle".

Por último tampoco se dejó atrás el capítulo de merecimientos del equipo, al igual que le hemos escuchado a Marcelino tras partidos como los del Celta, Leganés o Athetic de Bilbao: "Hemos merecido mucho más de lo que tenemos. Hemos estado más cerca de ganar que de empatar". 

Trabajo, mala puntería, merecimientos, lesiones, estado bajo de forma por malas pretemporadas y mundial, son muchos los lugares comunes de los discursos de Marcelino y Mateu Alemany. Queda claro que continúa la total empatía entre director general y entrenador pese a la falta de resultados, no podía ser de otra manera. El manual básico de dirigente deportivo marca estos parámetros cuando vienen mal dadas. El club cierra filas con sus profesionales e interpreta que es el momento de estar bien juntos ante la inestabilidad que provoca la falta de victòrias.

El problema es que pasan los días y las victòrias no llegan. Por no llegar, no llega ni una mejoría de las constantes vitales del equipo (el papelón en Copa ante el colista del grupo tercero de segunda B, que jugaba con uno menos y que actuaba de local en un campo cuyas condiciones favorecían más al equipo grande) fue muy sangrante en algunas fases. Así que el discurso de unidad -normal por otra parte- suena ya a hueco por desgastado y por falta de respuesta del equipo.

De momento el club camina fuerte y con un discurso tan unidireccional como consumido. Esto es fútbol, y sin victorias no se puede caminar muy lejos, por mucho que se sincronicen los argumentos.

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