Marcelino se quedó contrariado por la decisión del jugador de quedarse en el equipo pese a la advertencia de que no iba a contar con minutos.
VALÈNCIA. El sábado en el Sánchez Pizjuán una de las poquitas dudas que presenta el once que puede plantear Marcelino para atar la cuarta plaza, camino de la Liga de Campeones, se encuentra en el lateral derecho. Compiten por ese flanco el catalán Martín Montoya y el portugués Rubén Vezo, uno es lateral derecho específico para el puesto, el otro es un central reconvertido por el técnico asturiano, aunque ya pisó la banda con otros técnicos. Ni rastro de Nacho Vidal, el otro lateral diestro de la plantilla.
El futbolista de Campello recibió durante el mes de enero una oferta formal por parte del Valencia para jugar cedido en un club de Segunda división. Desde el primer momento, el jugador y Promoesport su agencia de representación se mostraron contrarios a la salida del lateral hacia un club de Segunda. Si aceptaban salir la oferta tenía que llegar de un club de Primera. La preferencia era jugar en España.
En las últimas semanas previas al cierre del mercado de invierno, Darko Kovacevic, director deportivo del Olimpiacos griego se puso en contacto con el Valencia interesándose por las condiciones en que saldría el jugador. Óscar García, técnico del equipo ateniense y ex jugador del Valencia, necesitaba un lateral diestro. Diogo Figueiras se marchó traspasado al Sporting de Braga y Óscar reclamaba un sustituto. El interés no llegó a plasmarse en oferta en firme y el conjunto de El Pireo firmó a Igor Silva, un lateral derecho brasileño, procedente del Asteras Tripoli de la Super Liga Griega.
Marcelino, descontento con el rendimiento del jugador, era partidario de su salida. El Valencia se movió durante el mercado tratando de cazar un lateral que compitiera con Martín Montoya. La intentona para repatriar a Cancelo fracasó y el club sondeó sin éxito -de momento- al futbolista italiano del Manchester United, Matteo Darmian, a por el que volverá este verano.
Cuando apenas restaban horas para el cierre del mercado, el director general Mateu Alemany trató de convencer en diferentes ocasiones a los agentes de Nacho Vidal para que sacarán al jugador pero la única oferta en firme era la que les había llegado procedente de la Segunda división, que volvieron a rechazar. Pese al interés y a la insistencia del club, decidieron que el lateral no se moviera del Valencia. Marcelino ya le había dejado claro a Vidal en diferentes conversaciones que iba a contar con pocos minutos. El técnico, además, después de indultar al de Campello para jugar ante el Girona, mostró su preferencia por Rubén Vezo. En la previa cuestionó su rendimiento y tras el partido trato de suavizar sus palabras aunque elogió al portugués, que sustituyó a Vidal en el minuto 67 de partido. Desde entonces siempre que el técnico ha descartado a Martín Montoya ha jugado Vezo.
La información de que dispone Plazadeportiva.com es que Marcelino tenía preparado el recambio de Nacho Vidal en enero y que se quedó contrariado por la decisión del jugador de quedarse en el equipo pese a la advertencia de que no iba a contar con minutos. A Marcelino le hubiera gustado que Nacho hubiera aceptado la cesión a Segunda. Finalmente, la alternativa que tenía preparada Marcelino para cubrir el costado derecho no llegó para no mantener en plantilla a tres laterales. Hubo un jugador escogido por Marcelino y dispuesto a llegar cedido que se quedó en el camino.