+rVALÈNCIA. La facilidad con la que Estrada Fernández se llevó la mano al bolsillo de las tarjetas el pasado viernes en el encuentro que enfrentó al Valencia con el Villarreal tiene una consecuencia directa en el derbi del viernes próximo: los de Mestalla pierden a cuatro titulares para el Ciutat.
Dada esta circunstancia, es muy probable que Javi Gracia se vea obligado a tirar mano de alguna de las incorporaciones que llegaron al club en el mercado de invierno. La aportación de estos tres futbolistas está siendo más bien escasa: el que más ha jugado es Ferro con 91 minutos repartidos en dos encuentros, Oliva le sigue con 47 minutos en 3 partidos y cierra la lista Patrick Cutrone con 41 minutos en dos choques. En un principio, parece que es el uruguayo quien se postula a figurar en el once inicial, dado que Gracia se ha quedado sin pivotes en el medio del campo y que el entrenador navarro se decanta por Guillamón o Diakhaby antes que por Ferro y por Gameiro arriba antes que por Cutrone.
Será una nueva oportunidad para huir de la etiqueta de "Fichaje intrascendente" que se le coloca a futbolistas cuya aportación al equipo es escasa, no en cuanto a rendimiento, sino incluso hasta en minutos por no contar con el favor del entrenador.
Centrándonos en el nuevo siglo, el Valencia acumula un buen ramillete de estos jugadores que llegaron para reforzar al equipo y que salieron por la puerta de atrás con más pena que gloria.
Ya en el Valencia CF del doblete hubo un claro caso de este tipo, el uruguayo Nestor Fabián Canobbio que (hablamos sólo del campeonato de liga) esa temporada sólo sumó 423 minutos en 11 encuentros de los 38 posibles. Aún así hubo casos todavía más sangrantes como el del uruguayo Nacho González quien sumó en dos temporadas 225 minutos en 4 temporadas, y ninguno de ellos fue jugado en encuentro oficial. Le supera Fabián Larry Estoyanoff, quien no llegó siquiera a debutar con la casaca del primer equipo de Mestalla pese a llegar en 2005. Comenzó un rosario de cesiones que le llevarían por Cádiz, Depor y Valladolid antes de volver a su Uruguay natal.
Pese a que no hace mucho le recordamos en la llegada de Cutrone, otro futbolista que encaja en este grupo el Francesco Tavano. El italiano llegó procedente del Empoli en la 2006/07 y entre su falta de adaptación y la guerra entre Quique Sánchez Flores y Amedeo Carboni sólo disputó 44 minutos repartidos en 3 encuentros con la elástica del equipo valencianista.
Durante la época de Unai (temporada 2008/09) el Valencia CF apostó por un joven lateral izquierdo brasileño de quien decían que lanzaba las faltas "como Roberto Carlos"; su nombre era Thiago Carleto. La aportación del brasileño fue ínfima, un sólo encuentro ante el Málaga en el que jugó 76 minutos sustituyendo a Emiliano Moretti. Incluso gozó de una falta en las inmediaciones del área y se pudo comprobar la pegada del zurdo. La pelota acabó saliendo casi por la línea lateral en una pifia de las que Mestalla no perdona. Su estilo de lanzamiento si era parecido al de Roberto Carlos, pero el cantante.
Otro caso de llegada intrascendente (además está también fue llevada a cabo en el mercado de invierno fue la de Vinicius Araujo. El punta brasileño fue contratado en la remodelación de plantilla que sobre la marcha hizo Rufete en la temporada 2013/14. Aterrizó en el invierno de 2014 en Valencia y sólo apareció en 6 encuentros para jugar 99 minutos. Siempre cambio residual o a la desesperada desde el banquillo como prueban los 26 minutos disputados en la jornada 34 ante Osasuna en Pamplona, ya que este es el número máximo de tiempo que jugó en uno de los encuentros que jugó.
Tampoco Meriton se ha librado de este tipo de fichajes intrascendentes; es más, tiene un cajón lleno. En su primer año destacaron dos centrocampistas casi "transparentes" en el buen rendimiento del equipo que entrenaba Nuno. El primero de ellos es el argentino Bruno Zuculini. Tras dura pugna con el Manchester City, el Valencia consiguió la cesión del argentino quien debutaría en la segunda jornada ante el Málaga. Los de Mestalla vencieron 3-0 y el argentino estuvo 44 minutos sobre el terreno de juego. Fueron los únicos minutos en los que Zuculini jugó para el Valencia. Ante la falta de oportunidades, los citizens le comunicaron al futbolista que cortaban su cesión y acabó la temporada en el Córdoba.
Otro caso fue el de Filipe Augusto. También cedido pero desde el Río Ave. Allí compartió equipo con el entrenador que lo pidió, Nuno Espírito Santo, y además compartía con él representante; cómo no, Jorge Mendes. Sus números fueron muy pobres sumando 145 minutos en sólo 6 encuentros. Al acabar la temporada volvió a su país (el sustituto también lo trajo Mendes, Danilo Barbosa. Jugó bastante más -unos 1.300 minutos- y aportó lo mismo: nada).
Más recientes en la memoria están los casos de Rubén Sobrino o Jorge Sáenz. El central está inédito en el Valencia y marchó dos temporadas cedido al Celta dónde continúa casi en el mismo rol. Y en lo referente a Rubén Sobrino decir que si 308 minutos en 22 partidos parecen pocos, la sensación se agranda al aclarar que son números cosechados en dos medias campañas y una entera. Llegó en invierno de la temporada del centenario y en liga aportó 193 minutos en 4 encuentros. La temporada anterior, pese a estar todo el año en Mestalla jugó aún menos en minutos -168-, aunque más en partidos: 13. Y este año antes de marchar al Cádiz jugó 5 encuentros entre los que repartió 47 minutos.
Así pues, queda demostrada la máxima de que un fichaje no constituye obligatoriamente un refuerzo. De momento los llegados este invierno están más cercanos a la catalogación de incorporaciones que de refuerzos -dada su aportación-. El viernes es muy posible que aparezca para alguno de ellos una nueva oportunidad para revertir el panorama.
