El jugador del Valencia Basket asegura que la Copa del Rey está "cara" y cree que el equipo todavía tiene opciones de llegar a ser cabezas de serie
VALÈNCIA. El jugador del Valencia Basket Fernando San Emeterio habló para los medios tras la visita de la plantilla al Hospital La Fe de Valencia. A las puertas de un nuevo año, el cántabro "Al 2019 le pediría que se pareciera más al año 2017 que al 2018" y añadió que el equipo todavía tiene opciones de ser cabezas de serie en la Copa del Rey.
El Valencia Basket cierra el año el próximo sábado día 29 recibiendo en la Fonteta al Tecnyconta Zaragoza en lo que San Emeterio califica como "un partido un poco trampa". El alero explica que su rival puede que la gente piense que al ser "un equipo que quizás de nombre no parece que sea muy allá, que se ganará y terminaremos el año muy bien pero si les ves jugar y su trayectoria este año es un equipo muy difícil de jugar contra ellos".
San Emeterio añadió que es "un equipo muy bien entrenado por Porfi Fisaac que siempre sabe sacar el máximo partido de sus equipos. Compiten en todos los partidos, fuera y en casa. Tenemos que esperar un partido igualado y complicado de ganar".
Una victoria contra los maños supondrá un paso más hacia el primer objetivo del año, pero esta temporada "la Copa del Rey está cara, posiblemente solo vayan los siete primeros". El cántabro se encomienda a la mejora del equipo: "Hemos pegado un arreón importante de cara a estar mejor y más tranquilos para afrontar esta fase final de la primera vuelta pero sin duda cualquier tropiezo un poco inesperado te puede trastabillar un poco todo".
Pese a que hace unas semanas podía parecer impensable, San Emeterio no descarta poder ser ambiciosos: "Aparte de clasificarnos que evidentemente es el objetivo, tenemos que intentar ganar los máximos partidos posibles porque quién sabe si también podemos ser cabezas de serie. Algo que se ha puesto ahora a una victoria".
El salto de calidad que ha dado el equipo permite soñar a lo grande. El jugador taronja analiza la racha de siete victorias seguidas que lleva el Valencia Basket: "Creo que después de la derrota de Tenerife el equipo hace un examen, autocrítica, es consciente de la realidad de ese momento. A partir de ahí el trabajo que hicimos en esas dos semanas de ventanas creo que están dando sus frutos. Quizás hay partidos que no son brillantes pero se ganan. El día de Estudiantes es un claro ejemplo cuando quizá nadie destacó pero entre todos sacamos el partido. Son de esos partidos que te hacen meter la cabeza arriba y pelear por estar entre los cuatro primeros. Esa tiene que ser la línea y ahora no hay que bajar el pie del acelerador porque ya hemos visto lo que es estar allí abajo y queremos estar arriba".
Respecto a sus sensaciones personales de San Emeterio, el alero ha admitido que las dos semanas de ventanas FIBA le vinieron "muy bien" porque "había tenido otro contratiempo en pretemporada con una lesión que me cortó el ritmo". El jugador cuenta lo difícil que es meterse de nuevo en la dinámica del grupo: "Luego volver siempre cuesta, intentas ayudar al equipo pero sabía que no estaba bien físicamente. Hice dos buenas partidos, más de sensaciones que de números". Recientemente, se perdió dos partidos por una infección de muela pero, afortunadamente "parece que ahora está todo controlado y a ver si sigue en esa línea".
Con el nuevo año en el horizonte, San Emeterio tiene sus propios deseos para el 2019: "Yo le pediría salud por mi parte, porque en 2018 no he sido muy afortunado en ese sentido. Luego le pediría que se pareciera más al año 2017 que al año 2018".
