VALÈNCIA (EFE). El Valencia Basket visita este viernes al Panathinaikos en la vigésimo tercera jornada de la fase regular de la Euroliga en busca de un triunfo que le permita mantenerse al menos en la estela del octavo puesto de la clasificación para entrar ebn los cuartos de final de la competición.
Este objetivo se le ha complicado al conjunto valenciano al haber perdido cinco de sus últimos seis encuentros en la competición, incluido el del pasado miércoles en la Fonteta ante el Zalgiris Kaunas.
La lesión de Joan Sastre, su defensor más fiable en la línea exterior y el más equilibrado de sus escoltas, ha supuesto un lastre para el equipo valenciano y más aún por el hecho de que Vanja Marinkovic, que ha estado fuera dos meses y medio, aún no tiene ritmo de competición.
Esa derrota le ha relegado a la décima posición con un balance de once triunfos y otras tantas derrotas. Es una victoria menos de las que tienen el Anadolu Efes y el Fenerbahce, octavo y noveno respectivamente.
Uno de los factores que puede ayudar al Valencia a llevarse el triunfo es que el equipo griego apenas tiene ya opciones reales de estar entre los ocho mejores. Actualmente es antepenúltimo y sólo ha ganado siete encuentros hasta ahora.
Un tropiezo en Atenas podría descolgar al equipo de Jaume Ponsarnau justo antes de un tramo especialmente complicado de un calendario que en su caso acabará contra rivales teóricamente más asequibles.
En el encuentro que le enfrentó al equipo griego en la Fonteta en la primera vuelta del campeonato , el Valencia se impuso por 95-83 en un choque que se decidió en el último cuarto y en el que la buena circulación de balón acabó por desbordar a la defensa del equipo heleno.
Entonces, el conjunto griego aún estaba dirigido por Georgios Vovoras pero tras su destitución es el israelí Oded Kattash quien está al frente del equipo.
Para este choque, además de la baja de Sastre, el técnico catalán mantendrá la de Guillem Vives, que pese a llegar a calentar en el encuentro del miércoles finalmente fue baja por una lumbalgia que no le ha dejado tampoco viajar a Atenas.