VALÈNCIA. En los primeros pasos del virus en España había mucha incertidumbre. Nos cancelaron la primera serie del Mundial en Abu Dhabi cuando estábamos listos para irnos. Empezamos a replanificarnos, pero viendo la situación nos dimos cuenta de que esto era grave y que el deporte debía pasar a un segundo plano. Los deportistas teníamos que continuar con nuestras disciplinas en nuestras casas y, lógicamente, se tenía que atender a la gente que de verdad lo necesitaba.
Tengo la suerte de que el triatlón requiere muchas horas de entrenamiento, así que me he pasado la gran mayoría del tiempo confinado entrenando. Los días más duros han sido de cuatro horas, pero nosotros separamos las sesiones, por lo que estamos todo el día ocupados, con cosas que hacer.
Evidentemente, en mi vida normal tengo menos tiempo para descubrir pasiones u otro tipo de cosas que normalmente no puedo hacer. Una de las distracciones que he tomado –y estoy tomando- estos días es cocinar. Me encanta cocinar. Tengo amigos que son buenos cocineros en Alicante y he hecho directos con ellos por redes sociales preparando alguna receta. Ha sido divertido.
Eso sí, una de las cosas que hemos tenido que tener en cuenta los deportistas de alto nivel en estos días es la alimentación, precisamente. Yo, en realidad, no sigo ninguna dieta súper estricta, simplemente como sano. Durante la cuarentena he mantenido ese estilo de vida, pero… lo admito, algún caprichito extra me he dado estos días. No tengo ningún objetivo cerca y la mente necesita salir un poco de la rutina de la alimentación. Pero sin pasarse.
Además, yo, por suerte, he podido tener en casa un rodillo, cinta de correr, me puse una pequeña piscina en la terraza para poder entrenar… He intentado mantener la misma rutina de entrenamientos de siempre. Bici y/o carrera a pie por la mañana, y por la tarde la natación. A eso le he añadido ejercicios de fuerza en conjunto que hacíamos por videollamada con el equipo.
La realidad es que se ha hecho duro. Son muchas horas y estar entre cuatro paredes se hace cuesta arriba. Aunque también he de decir que hemos bajado un poco de volumen para no saturarnos y que la mente tampoco acabe reventada después de todo esto. Afortunadamente con la desescalada he podido salir –los deportistas de alto nivel no tenemos límite de horarios- y he podido disfrutar un poco más, aunque yo solo por supuesto, de mis antiguas rutas. Eso sí, lo que más estoy disfrutando es ir a nadar al mar: en Alicante está haciendo muy bueno y estoy aprovechando para nadar en la playa.
En definitiva, deseo que todo vuelva a la normalidad lo antes posible, aunque hay un panorama complicado. Ojalá podamos salir de esta a finales de junio, pero hay que ir pasito a pasito, día a día, y tener en cuenta el tema económico. Al final esto no es solo una crisis sanitaria, también social y económica. No nos saltemos las etapas, tengamos mucho cuidado y estemos preparados para lo que viene.