VALÈNCIA. ¿Qué va a pasar cuándo Kondogbia esté recuperado?, no lo sé. Espero que vuelva a ser un jugador tan importante como lo ha sido hasta ahora. La frase de Javi Gracia antes del duelo del Martínez Valero fue tan contundente como desoladora. El técnico del Valencia no sabía cuándo podría contar con su pilar maestro, el que aguanta una estructura todavía endeble.
En Paterna viven a diario pendientes del poderoso mediocentro francés y de cuándo dejará de torcer el morro. Hasta que adujo una lesión en su talón, coincidente en el tiempo con su estallido de ira contra el presidente Anil Murthy por no dejarle salir hacia el Atlético de Madrid, los hombros del jugador aguantaban el peso de un equipo frágil y tierno. El cuerpo técnico, tan inestable como el equipo, lo necesita.
Gracia contaba con Kondo y con Capoue para sujetar el Valencia del futuro con él al frente, hasta que la propiedad torpedeó ese fichaje. A partir de ese momento, en el arranque de LaLiga, con Carlos Soler renqueante, el técnico trabajó mentalmente con Kondogbia para convencerlo de que tenía que liderar un proyecto huérfano de líderes.
El preparador navarro consiguió enganchar al francés para que tirara de un grupo lleno de imberbes. A Kondo hay que tratarlo con mimo. Marcelino se dio cuenta y amplió a cinco el número de capitanes para hacerlo sentirse más importante dentro del grupo. Gracia detectó lo mismo y se aplicó en Paterna con el jugador.
Después de cubrir una temporada irregular, Kondogbia arrancó este curso estando entre los tres mejores del equipo. Hasta que apareció el Atlético. A partir de ahí se descolgó mentalmente.
El objetivo del preparador navarro, una vez el francés se ha enfriado tras el calentón del cierre del mercado, es mentalizarlo de que va a ser un jugador importante mientras esté en el equipo. La labor con Kondogbia es la de convencerlo de que si permanece en el club más allá del mercado de invierno va a ser uno de los líderes del equipo. Gracia, y aquí la sintonía con el club es total, quiere hacerle entender que esa postura de rebeldía perjudica su imagen. Y que aunque salga en enero, es mejor que lo haga con la cabeza arriba y jugando.
El objetivo del cuerpo técnico es encajar de nuevo a Kondo en el equipo. Su importancia es capital. No hay otro jugador con sus características. Racic, su suplente, no llega al nivel que exige Gracia. Una vez recuperado Soler, la ausencia del internacional con la República Centroafricana condiciona el once.
Gracia ha meditado durante el parón cambiar el sistema táctico y rehabilitar anímicamente a Kondogbia. Con él en el campo el once es más fiable. Permite devolver a Wass al lateral derecho y juntar a Kondo con Carlos Soler o incluso alinear a los tres dentro de una tripleta de mediocentros. El técnico sabe que ha encajado muchos goles por dentro y necesita blindar el corredor central. Ahí, Kondo es clave.
El temor en el cuerpo técnico es que el cabreo del jugador no disminuya y que se mantenga desenchufado hasta el día 4, fecha en la que expira el tiempo extra del que dispone el Atlético para fichar en LaLiga después de perder a Partey, previo pago de la cláusula, el último día de mercado. Eso supondría que el futbolista también se quedaría fuera el partido contra el Getafe de este domingo.
Mientras, su concurso en el choque del domingo está en el aire, aunque ayer dio un pequeño paso camino de reintegrarse en el grupo. Completó con el resto de sus compañeros la sesión de trabajo en el gimnasio exterior de la ciudad deportiva. En cambio, el segundo tramo de la mañana lo realizó con un fisio recuperador. Si supera sus molestias en el talón derecho y completa un mínimo de tres sesiones entre el miércoles y el sábado, Kondo podría volver a la lista de convocados. Pero depende de él.