VALÈNCIA. Los finales épicos y con emoción a raudales de varios de los encuentros que ha disputado el Valencia en el primer tercio de la temporada, no han dado de sí lo suficiente como para que el equipo que entrena José Bordalás esté más arriba de la mitad de la tabla a estas alturas de la competición.
Las cifras dejan bien claro que el Valencia navega a una velocidad suficiente como para no tener que mirar, salvo despiste, la zona baja de la clasificación, pero obligado a dar un paso adelante para acceder a los puestos de competición europea.
Cuatro victorias, cinco empates y cuatro derrotas en trece partidos, veintiún goles a favor y solo uno menos en contra y una décima posición reflejan que el rendimiento del equipo está al cincuenta por ciento del rendimiento posible en la Liga.
El equipo de Bordalás ha ofrecido dos caras en el tramo inicial del campeonato, puesto que de sus diecisiete puntos, diez llegaron en los cuatro primeros partidos de competición, mientras que ha necesitado otros nueve choques para acumular los siete restantes, en los que solo ha sumado un triunfo.
Los cuatro choques iniciales permitieron ver un Valencia eficiente y decidido, que se estrenó en el torneo con una victoria por 1-0 ante el Getafe en un partido que jugó con diez futbolistas desde el minuto tres por la expulsión de Hugo Guillamón.
Luego fue capaz de rescatar un punto en Granada (1-1), muy al final del partido, antes de sumar dos cómodos triunfos ante el Alavés en casa (3-0) y el Osasuna en El Sadar (1-4).
La primera contrariedad llegó con motivo de la visita del Real Madrid a Mestalla en un choque que se le escapó, a pesar de jugar bien, tras ponerse por delante en el marcador y al recibir dos goles en los cinco minutos finales.
Ese fue el primero de los siete encuentros seguidos que el Valencia no supo ganar al caer ante el Sevilla por 3-1 tras una primera media hora que puede considerarse lo peor de la temporada hasta el momento.
Un empate en Cádiz (0-0) en un partido nivelado, un buen segundo tiempo en el Camp Nou (3-1) y un mal partido en su visita al Betis (4-1) completan una imagen discreta a domicilio en los últimos encuentros.
En casa, el Valencia ha dejado para el recuerdo tres partidos empatados gracias a la épica de la prolongación. Ante el Athletic con un 1-1 y gol de Marcos Andre en el minuto 95, frente al Mallorca (2-2) con tantos obra de Guedes (m.93) y Gayà (m.97) y contra el Atlético de Madrid con dos tantos de Hugo Duro en el 92 y el 96 que convirtieron en empate una ventaja de 1-3 para el rival.
A ello se une la victoria del Valencia por 2-0 ante el Villarreal en un choque en el que el equipo mantuvo las señas de identidad que busca su entrenador, sin dar opciones al rival, con buenas maneras defensivas y mucho orden, lo que neutralizó a su oponente.
Las lesiones han influido en la dinámica del equipo en este tramo inicial de temporada y el capítulo de jugadores que se ha perdido al menos un encuentro por problemas físicos es de al menos una docena de futbolistas.
Han sido el caso de Thierry Correia, Toni Lato, Yunus Musah, Gabriel Paulista, Uros Racic, Maxi Gómez, Carlos Soler, José Luis Gayá, Álex Blanco, Denis Cheryshev, Jeison Remeseiro o Cristiano Piccini, junto al guardameta Jaume Doménech.
Pese a ello, los jugadores que han sido fijos mientras han estado en condiciones físicas han sido Thierry Correia, Gabriel Paulista, Omar Alderete y José Luis Gayà en defensa, Daniel Wass, Hugo Guillamón y Carlos Soler en la medular con un cuarto centrocampista no tan definido, y Maxi Gómez y Gonçalo Guedes en ataque.
A su vez, hombres como Dimitrir Foulquier, Hugo Duro, Uros Racic, Yunus Musah, Marco André o, últimamente, Hélder Costa han cobrado protagonismo en los últimos choques en los que Jesper Cillessen se ha convertido en el portero titular en detrimento de Giorgi Mamardashvili, que inició la temporada.