VALÈNCIA. El jefe de los servicios médicos del Levante, Miguel Ángel Buil, se ha reunido este viernes con la prensa para explicar los procedimientos de su departamento respecto a los partes médicos, que han caído en tromba en este inicio de temporada para el conjunto de Javi Calleja. El doctor ha explicado uno a uno los casos de los que, hoy, componen el sanatorio granota.
Han pasado las seis semanas que esperábamos de colchón para tomar decisiones y ahora estamos en una posición muy buena. Hemos superado la fase de una patología severa del pie y nos queda por delante un mes de una reentrada suave de carrera, trote y primeros pasos de fútbol para luego, si la supera en ese mes -o algo más, pero mínimo un mes-, nos enfrentaremos a otro mes para la vuelta a la competición.
Lleva buena evolución y la semana que viene hará cosas de portero en campo. Por fechas de Eibar debería estar entrenando normal, con el grupo.
No ha hecho todo pero sí partes importanísimas del entrenamiento. Estos días finales previos al partido son fundamentales. Tenemos que ver que la evolución sea la correcta y podría llegar. Pero ahora mismo no puedo decir que llega seguro. Lo he leído por ahí pero no lo tenemos claro todavía. Nos falta un poco.
Capa va muy bien. Muy bien. Es una lesión pequeña de aductor, pero como nos pilla la sanción -cumple ciclo de amonestaciones- vamos con toda la tranquilidad del mundo. Probablemente para Eibar llegue.
Llevaba un aductor que nos estaba dando dando guerra durante bastante tiempo y hemos aprovechado este parón para recuperarlo. He estado hablando con él y lo está haciendo prácticamente todo. Le faltan algunos pasitos más para la entrada con el grupo. Vamos a ver qué pasa. Es como Fabrício, estamos en tiempos finales.
Al final no tenía rotura. Él tiene un precedente en esa musculatura isquiotibial y le dio sensación de que rompía, pero está muy bien. Estamos trabajando con él para que esa parte cicatricial nos quite la sintomatología.
Ha tenido racha fatídica y la ha rematado con una rotura de cruzado, y además compleja. La cirugía fue importante y nos marcaba mucho el estado de su menisco externo, que lo tenía muy tocado. Pero la evolución es buena dentro de lo que cabe, seguramente va a consumir algunos plazos más de los habituales. Los seis meses de recuperación habituales de cruzado se han convertido en ocho para varones, doce para mujeres, y a veces aún más. Tenemos que ser muy cautos, sobre todo cuando hay lesiones accesorias como el menisco o el cartílago. Está haciendo muchas cosas de campo con los readaptadores y está muy centrado. Nos falta la fase final para entrar a campo.
La suya fue una lesión mucho menos grave que la de campaña. Fue aislada del cruzado. Y Pablo tiene una calidad muscular y articular brutal. Hay diferencias entre personas, y la calidad suya es excepcional. Él no ha tenido ningún bache en ningún momento de su recuperación. Y, también a su favor, es una persona disciplinadísima. Todo lo que se le dice, lo hace, y comunica muy bien cuando tiene alguna molestia. Ha sido una recuperación idílica.
Tuvo una artritis traumática, que es que choca la articulación y se le inflama. Y luego, en un segundo agarrón, rompe ligamentos. En la rotrua de ligamentos ya nos tuvimos que ir a quirófano. La previa es una lesión molesta, que a veces va mejor o peor, pero en la segunda es cuando arranca los ligamentos y nos toca irnos a quirófano. Es una segunda lesión sobre la primera. Una desgracia.