VALÈNCIA. "Colócate detrás de un árbol, cierra los ojos, cuenta hasta 50". Abres los ojos y no están. No te pongas a buscarlos, que no los encontrarás.
Lo han vuelto a hacer. Jugar al escondite se les da bien. Al trile, también. ¿Dónde está la bolita, dónde está la bolita? Y te estafan. Todo está amañado.
Layhoon Chan, como los futbolistas, se marchó de vacaciones en pleno 'reset'. Pagan por Cenk Özcakar un precio por encima de su valor de mercado en plena crisis, cuando tienen carencias en otras demarcaciones. Anuncian una cuestionable campaña de abonos -Juega Mestalla, Jugamos todos- donde el que paga, el aficionado, es el actor principal y cobran asientos de permanencia a precio de Europa. A Corona lo ascienden cuando el equipo casi desciende, y lo dice él mismo casi de tapadillo en una entrevista en el AS. Por último, sustituyen lo que debía de ser una rueda de prensa de Rubén Baraja por una entrevista precocinada por el departamento de comunicación en VCF Media.
Esto último es lo que en valenciano se llama Patà i avant, que forma parte del modus operandi de Meriton y sus ejecutivos en València.
No por dejar de ser previsible, resulta menos indignante. La trampa es la siguiente. Renuevan al entrenador y cuando se espera escuchar al técnico argumentando las razones que lo han impulsado a continuar, Meriton lo esconde y te larga nueve minutos de "ambición, energía, ilusión, crecer, afición..." en una entrevista confortable hecha por un empleado.
Y nos quedamos sin la opción de preguntar cuestiones como: qué le han explicado Solís y Corona al entrenador para convencerlo, si este se los cree y por qué motivo, qué le han prometido para el mercado, qué jugadores van a salir, cuántos cedidos van a llegar o si quiere hacer limpieza en el vestuario, por ejemplo. Y, fundamentalmente, cuál es el objetivo para el próximo curso, aunque aquí, y no sé si eso lo deslizó a propósito en su declaración, el Pipo dijo que tenían que tener claro "cuál es el punto de partida y el objetivo a cumplir, que no se puede saber en este momento".
Eso lo explica todo. Baraja no quiere ser el portavoz de Singapur y a Meriton no le interesa dar a conocer tan pronto que su proyecto para el próximo curso es tan endeble como el del que acaba de finalizar. ¿Solución? Como no tienen respuestas coherentes ni certezas, más allá de que a día de hoy el crudo objetivo es la permanencia, deciden protegerse. Desechan la rueda de prensa, publican un comunicado y luego nueve minutos vacíos de contenido sustancioso. Y ya escucharemos al técnico cuando Peter Lim autorice algún movimiento con el que torear la presión de la opinión pública. Patà i avant en toda regla.
También habló (sic) Corona en el AS.
Si rebobinamos en el tiempo, antes del anuncio de Baraja llegó la filtración de la campaña de abonados, en otra torpeza del departamento de comunicación al que le divierte cavar trincheras y tratar de enfrentar a los medios de comunicación de la ciudad con sus cafés, sus prebendas y sus citas furtivas que acaban trascendiendo a los cinco minutos. 'Juega Mestalla, juegan los que queremos nosotros' debía ser el lema real de la campaña de abonos. Y esto no va contra los compañeros. Es habitual en el club. Flaco favor le hace Javier Solís al nuevo director de comunicación, aunque igual también le impone el mismo veto a parte de la prensa de la ciudad.
Una campaña donde comercian con el sentimiento del cliente quien volverá a renovar por sentido de pertenencia, amor al escudo y miedo a que el equipo, solo y desarmado por su propiedad, se escurra hacia la segunda división.
Y lo hará consciente de que le están ofreciendo a precio de caviar europeo un sándwich de miel, mantequilla y mortadela -acabo de dejar caer un easter egg de una serie- que los camareros Javier Solís y Miguel Ángel Corona sirven en el restaurante de Peter Lim en València.