VALÈNCIA. La derrota ante Osasuna fue un jarro de agua fría para el Valencia CF, que antes del parón por selecciones apuntaba con firmeza a presionar por la séptima plaza del campeonato. Pese a que por aquel entonces -victoria 0-1 en Elche, la última conseguida hasta ahora- el equipo ya daba sensación de involución en el juego de ataque, el aumento de prestaciones en la fiabilidad defensiva nivelaba las posibles carencias.
Siendo cierto que el Valencia CF sólo ha encajado 4 goles en los últimos 8 partidos (7 de liga y 1 de Copa) y que la media de dianas en contra ha descendido del 1´68 hasta el 0´50 de los últimos 8 encuentros, la realidad es que el caudal ofensivo ha ido decreciendo de manera casi inversamente proporcional.
De los últimos 8 encuentros, el Valencia se ha abonado al 'monogol' en 5 de ellos, en 2 no vio puerta y en el restante consiguió tres dianas (a balón parado) ante un Granada sin rumbo que esa misma noche destituyó a su hasta entonces técnico, Rober Moreno.
Lo peor es la sensación que deja la poca propuesta en ataque del equipo de Bordalás, que sigue reivindicando su propuesta de juego pese a las sensaciones obtenidas en los últimos partidos: "El equipo ha propuesto, pero hay que destacar el trabajo que ha hecho el Rayo. Aún así, el equipo ha ido creciendo durante el partido. A nivel defensivo, hemos tenido más problemas con la línea de cuatro y Giorgi ha sido protagonista. El equipo lo ha intentado en todo momento, pero no ha podido conseguir la victoria", dijo tras el empate en Vallecas. Incluso tras la derrota ante Osasuna también aseguró que "el equipo ha empezado bien. Los primeros minutos han sido buenos, pero se ha ido difuminando. Osasuna se ha impuesto en las segundas jugadas. Nos ha faltado circular más rápido. El equipo fue de menos a más".
Sin embargo, y pese a estas explicaciones, Mestalla pitó en algunas acciones al equipo ante Osasuna por su falta de argumentos atacantes e hizo lo propio (sin ser atronador aunque sí muy claramente localizable) cuando el técnico sustituyó en el minuto 74 a Bryan Gil para dar entrada a Cheryshev. E incluso los gestos de desesperación en algunos futbolistas de más calidad (Guedes, Soler, Bryan) cuando ven que el balón no transita por el centro del campo y que se llega arriba a base de balonazos, son más que evidentes.
Hay dos futbolistas que están en el centro de todas las miradas por su descenso de rendimiento en este último tramo: Hugo Duro y José Luís Gayà.
En el caso del madrileño, el entrenador valencianista comenzó a dosificarlo con vistas a la final de Copa dado que, ante la baja por sanción de Maxi Gómez, será junto a Guedes la referencia en ataque. Hasta el encuentro ante Osasuna, jugó un total de 147 minutos de 450 posibles. Esa falta de continuidad parece que le ha alejado de la mejor versión que enamoró a Mestalla. Se espera que ante un partido de la importancia del día 23 en La Cartuja, se pueda volver a ver la mejor versión del futbolista cedido por el Getafe.
El otro caso es el de Gayà. Tras forzar en la vuelta de las semifinales coperas ante el Athletic de Bilbao, se decidió que el capitán descansara el tiempo que fuera necesario para no correr más riesgos con él. Sólo disputó 4 minutos en el empate a cero ante el Cádiz de la jornada 30, y sí jugó completos los partidos ante Rayo y Osasuna de las jornadas 31 y 32. Sin embargo, la versión de Gayà tampoco parece asemejarse a la del baluarte en defensa y en ataque que es el capitán valencianista. La esperanza es que haya estado en estos dos últimos encuentros haciendo el "rodaje" para llegar pletórico a la cita de La Cartuja.
Ahí hay un nombre por delante de todos los demás: Gabriel Paulista. El hispano-brasileño es un futbolista capital en este Valencia CF. No sólo por la aportación futbolística (es, de largo, el mejor de todos los defensas centrales de la plantilla) que permitió mejorar los números de la vertiente defensiva desde su reaparición, sino también por el ascendente de liderazgo que tiene en la plantilla. Como jugador ya veterano y con peso específico en el vestuario, el zaguero imprime carácter, tensión y un plus de competitividad a los compañeros de equipo con su sola presencia cada vez que se viste de corto, con especial incidencia en los de la zaga. Cayó lesionado ante el Rayo Vallecano y simplemente se sabe que ha entrenado al margen de sus compañeros durante toda esta pasada semana. Los problemas que ha padecido durante todo el año y el mutismo tras su dolencia en Vallecas tienen en vilo al valencianismo.
También atraviesa dudas el estado de salud de Foulquier. El defensa galo no acaba de estar al 100% de su rendimiento por su problema de pubis, situación que se agrava dado que el otro lateral derecho del equipo, Thierry, lleva casi toda la temporada en blanco y en los partidos en los que ha actuado en el último tramo (Alavés, Cádiz y Rayo) ha demostrado estar muy lejos del nivel que se pudo atisbar en las primeras 4 jornadas de liga.
Para colmo de males a esta lista se suma Guedes. El portugués tuvo un encontronazo en el tramo final del encuentro ante Osasuna que lo dejó fuera de combate en los últimos minutos. El propio Bordalás admitió que el jugador se fue al final del partido a los vestuarios con una contractura cervical. El luso trabajará toda la semana con fisios y recuperadores para llegar a punto al sábado y es más que evidente que no tomará parte en el encuentro del martes en La Cerámica.
La intervención de Melero López desató las quejas en voz alta del valencianismo. Desde el propio Bordalás: "Parece que el VAR no funciona a favor del Valencia CF. Nos pasó en Bilbao, en Vallecas y hoy otro penalti clarísimo. Ha habido una posible segunda tarjeta a Lucas Torró que tampoco se ha pitado. Estamos viendo cosas incomprensibles. Vemos manos mucho más despegadas del cuerpo que no se han pitado, otras que se pitan. Lo que tenemos claro es que tengamos mucho cuidado y que echemos las manos atrás porque puede pasar lo que ha pasado hoy. No voy a entrar en el debate, pero el criterio es muy dispar".
Tampoco el capitán José Luís Gayà (al que esta vez sí sacaron a los medios para alimentar este discurso) se mordió la lengua: "Es la tónica que llevamos esta temporada. Le tienen que avisar de un penalti clarísimo. El árbitro lo ha visto y no ha querido pitarlo. Lucharemos contra todo y seguiremos adelante. Es lo de siempre. El árbitro, al descanso, nos ha dicho que si hubiera pitado el penalti sobre Bryan lo hubieran quitado desde el VAR porque no había contacto. Tampoco podemos decir nada porque te sacan amarilla como a mi al final del partido. Hacen lo que quieren".
En el vestuario existe el convencimiento de que el enfrentamiento institucional contra la RFEF del club como instrumento de Tebas y LaLiga (quien tampoco ha ayudado nada a su teórico ariete en esa lucha al no aplazarle el partido del martes a 4 días de la final), no beneficia en nada al club teniendo cuenta que los colegiados dependen del estamento federativo. Y pese a que el propio Luis Rubiales reclamó tranquilidad en ese sentido el miércoles en su visita a Valencia, la realidad es que las últimas decisiones alimentan, sino el relato, la duda.
Sólo ante Osasuna (además de su actitud chulesca) Melero López deja de señalar un claro penalti a Bryan Gil, perdona la segunda amarilla antes del descanso a Lucas Torró y anula un gol legal a Guedes por una falta inexistente de Diakhaby al guardameta. Ante el Rayo hubo un penalti sobre Gabriel que no fue ni consultado en el VAR por el colegiado. En Elche hay un gol anulado a Guillamón por todavía no se sabe qué causa, y en menos de 4 días se vieron dos agarrones (ante el Cádiz en Copa y la Real en liga) sancionados de manera diferente (penalti en área del Valencia, nada en la ajena).
Todo ello por no hablar del arbitraje de ida en las semifinales de Copa en San Mamés con un gol en contra que nace de una falta cometida por un jugador local y señalada al revés, y con uno de los penaltis más claros de la temporada que Munuera Montero ni siquiera admitió consultar con el VAR. Sea quien sea el colegiado de la final, tendrá que hilar muy fino para no levantar suspicacias en el bando valencianista.
Todo a una carta. El discurso del entrenador no deja lugar a la duda desde hace ya varias jornadas. Dejó caer esta premisa tras el empate a cero de Mestalla ante el Cádiz: "No vamos a correr riesgos con ningún jugador porque tenemos la final de la Copa del Rey", dijo ya en aquel partido, pero la verdad es que se han continuado dando mensajes inequívocos en esa misma dirección. "Está claro que todos tenemos muchas ganas de que llegue esa final porque la afrontamos con la máxima ilusión, al igual que el Betis", aseguró tras el empate en Vallecas. Y mucho más explícito fue antes del encuentro ante Osasuna: "Es muy probable que mañana jueguen los no habituales y que descansen los jugadores que llevan más minutos acumulados", agregó.
La gran pregunta es si la actual cohesión del grupo del vestuario responde al reto de afrontar la final de La Cartuja del día 23, dado que los mensajes del entrenador sobre las limitaciones de la plantilla que entrena no son un plato de buen gusto generalmente para los futbolistas.
Pese a todo, es una final de Copa a 90 minutos donde no cabe la menor duda de que todo el mundo va a dar la mejor versión de sí mismo para levantar el trofeo. Es evidente que es mucho mejor un clima previo en torno al equipo como el que se vivió en 2019, pero el fútbol es tan grande que un clima similar al actual, el equipo se plantó como víctima propiciatoria en la final del 2008 ante el Getafe y se volvió para casa con la Copa.