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Alderete se suma a la legión de paraguayos que han defendido al murciélago

13/07/2021 - 

VALÈNCIA. Omar Federico Alderete Fernández, nacido en Asunción (Paraguay) se convertirá en el duodécimo paraguayo en vestir la camiseta del Valencia CF en partidos oficiales. El ya ex futbolista del Hertha de Berlín se incorpora al club de Mestalla y engrosa la lista de guaraníes que ya han defendido los colores del Valencia CF. Desde José Raúl Aveiro (el primero en llegar) a Nelson Haedo Valdez (el último paraguayo que pasó por Mestalla) ha habido de todo. Desde jugadores con un gran rendimiento, a futbolistas con un ineludible aroma a fracaso.

José Raúl Aveiro fue el primero en aterrizar en Mestalla. Delantero centro procedente del Sport Luqueño, llega a Valencia en la campaña 58/59 tras jugar el mundial de Suecia 58 con su selección. Comienzos complicados con paso por el filial dado que en aquella época entre Héctor Nuñez, Joel, Walter y Machado poco espacio había para un punta que se había mostrado demasiado frío en sus primera actuaciones (aquel primer año sólo pudo jugar la Copa y anotó 4 dianas). En su segunda temporada las cosas cambiaron y se convirtió en uno de los fijos para el entrenador Otto Bumbel. Respondió a dicha confianza y anotó 15 goles. En la siguiente campaña (y última para él) bajó mucho, hasta los 6 goles. Al término de la temporada 60/61 fue traspasado al Elche. Sus números como valencianista son de 3 temporadas jugadas, 60 partidos disputados y 20 goles anotados.

En la misma temporada en la que llegó Aveiro, también lo hizo Carlos Vidal Sanabria Mongelós, Sanabria. Pivote defensivo (medio volante de contención se les llamaba entonces) tomó parte en la selección que se clasificó para Suecia 58 y recaló en Mestalla en 1959 tras disputar el Campeonato Sudamericano de Selecciones (actual Copa América). Aquel año sólo juega los 2 encuentros del trofeo Naranja tras ser fichado del Guaraní. En la campaña 59/60, juega 21 partidos e incluso anota 2 goles, pero al término de la temporada se volvió a su país tras fichar por Deportivo Pereira.

En la campaña 66/67 llega uno de los paraguayos que más rendimiento ha ofrecido en Mestalla: Vicente Anastasio Jara Segovia, Jara. Extremo izquierda con gran cartel en su país es fichado por el Córdoba. siendo jugador del equipo andaluz (2 temporadas vistió de blanquiverde) consigue la nacionalidad española y debuta con la selección nacional. En el mes de mayo del 67 llega Jara al Valencia con el objeto de reforzar la delantera de cara a la Copa del Rey. Se proclama campeón del torneo con el Valencia CF y anota 4 dianas. Su última campaña en el club de Mestalla fue el año de la liga que se ganó con Di Stéfano en la 70/71. Tras cinco temporadas, dejó 54 encuentros jugados (tras un fugaz paso intermedio de nuevo por Córdoba en la 68/69, 6 goles y 2 títulos (la Copa del 67 y la liga del 71).

Un inmortal en la figura del imaginario colectivo valencianista llega en la 68/69, Julián Aníbal Pérez Myers, Aníbal. Su llegada fue polémica dado que en ese momento explotó el escándalo de los falsos oriundos. Le costó encontrar un lugar asiduo en el once y sólo sumó 35 partidos en dos campañas. Con la llegada de Di Stéfano, el central se hizo con un puesto de titular que casi no soltaría hasta su último año en Mestalla. Campeón de la liga del 71 (Abelardo, Sol, Aníbal, Tatono, Antón…) dejó un total de 7 temporadas jugadas, 191 partidos disputados y 8 goles conseguidos. Tras un rosario de lesiones que le fueron poniendo la titularidad cada vez más complicada, acabó marchando al Real Valladolid.

La historia de Ocampos y Lleida es rocambolesca y más propia de un vodevil que de un equipo de fútbol. En el verano de 1975 la secretaría técnica compuesta por Sánchez Lage y Emil Osterreicher, trae a dos desconocidos: Juan Ramón Torres Ocampos (delantero centro) y Oscar Roberto Lleida Fernández. Ambos se presentaron en la concetración de Elche por sorpresa y sin aviso previo. Ni siquiera el entrenador Milosevic sabía nada de ambas incorporaciones. Ambas fueron un absoluto fracaso. Ocampos sólo jugó 8 partidos y consiguió dos goles. Delantero centro “tanque” llegó procedente del Presidente Hayes y al acabar la temporada fue al Cruz Azul de México. Sus partidos fueron calificados como desastrosos. No le fue a la zaga Lleida, centrocampista defensivo que sólo jugó 3 partidos. Vino del mismo equipo que Ocampos y su rendimiento hizo sonar bien fuerte la música de viento en la grada de Mestalla. Acabó aceptando salir cedido al CD Castellón. Por cierto, el experimento de Sánchez Lage y Osterreicher acabó dando al mes con sus huesos (los de Milosevic y también los del presidente) en la calle.

Bastante mejor rendimiento ofreció Carlos Martínez Diarte, “el Lobo Diarte”. Fichado en la 76/77 del Real Zaragoza. Su mejor temporada fue la primera con 23 dianas (delantera inolvidable con Mario Kempes y Johny Rep). Acabó ganando la Copa del Rey en la 78/70 pero su rendimiento ya bajó bastante respecto a la primera campaña. Tras aquella triunfal campaña a nivel colectivo -que no individual- marchó traspasado a la UD Salamanca. Jugó 115 partido, anotó 44 dianas (23, 10 y 11) y ganó 1 título (la copa del 79).

Al año de llegar Diarte, vino otro compatriota suyo para engrosar esta lista: Eufemiano Raúl Fernández Cabral. Quien vino a la liga española y realizó una buena temporada en el Burgos. Este medio centro defensivo fue demandado por Marcel Domingo ya que el técnico francés llegó ese año al Valencia CF procedente del Burgos y demandó su presencia a su llegada a Valencia (llegó junto a Manzanedo y Palmer). No “congenió” futbolísticamente con Bonhoff y Solsona y al año siguiente Ángel Castellanos se haría con el puesto de contención en la zona ancha. Dejó 64 partidos, 1 gol y 1 título (la copa del 79 aunque su aportación fuese testimonial). Tras esos dos años salió hacia el Racing de Santander.

Tras marchar en el verano del 79 el Lobo Diarte, llegó otro delantero guaraní para suplirle. Se trataba de Orlando Ramón Giménez Álvaro. Orlando Gimenez aterrizó en Mestalla en la temporada 79/80 y permaneció 3 temporadas en el conjunto valencianista. Pese a formar parte de las plantillas que levantarían la Recopa del 80 y la Supercopa del 81, Giménez sólo jugó 49 partidos y anotó 9 dianas (7 en su mejor año que fue el primero). Tras jugar sólo 5 encuentros en la temporada 81/82 se fue al RCD Español donde dio un grandísimo rendimiento.

Hasta 20 años más tarde (campaña 2000/01) no volvemos a encontrar a otro uruguayo en Mestalla. Se trata de Roberto Amarilla. Vino en la época de Cúper como gran promesa procedente del modesto equipo argentino del Atlético Rafaela. De 3 temporadas jugadas y 20 partidos sumados, sólo uno fue oficial (Champions ante el Sturm Graz). Perteneció de manera testimonial a la plan tilla que ganó la Supercopa de Europa de 2004. Tras la temporada 2005/2006, salió hacia al Getafe. Nunca acabó de explotar, y además tenía por delante una competencia casi inabordable (Ayala, Pellegrino, Djukic, Bjorklund, Marchena…).

El último paraguayo en vestir la casaca valencianista fue Nelson Haedo Valdez. El Valencia fue a buscarle en la temporada 12/13 tras la marcha de Aduriz al Athletic de Bilbao y para buscarle competencia a Roberto Soldado quien se había quedado sólo en la punta del ataque. Tras una larga y exitosa carrera en Alemania (Werder Bremen y Borussia Dortmund), el Valencia lo rescató del Rubin Kazan. Jugó 40 encuentros y anotó 9 goles. Pero las guerras internas con el comienzo del proceso de venta del club, el adiós de Ernesto Valverde y la falta de ingresos al quedar fuera de la Champions, hicieron que el delantero acabase en el Al Jazeera de Emiratos Árabes.

Dos más a nivel testimonial

A toda esta lista hay que añadir dos nombres más: Ramón Martínez y Cayetano Re. Ambos vinieron para reforzar al equipo en partidos de carácter amistoso. Martínez jugó en septiembre del 68 un amistoso en El Armarjal contra el Cartagena. Y por su parte, Cayetano Re, ídolo paraguayo del Elche jugó dos encuentros de carácter amistoso en marzo y junio de 1960 ante Berliner y Santos respectivamente (en aquella época era norma habitual que unos equipos prestasen futbolistas a otros para reforzarles y hacer más atractivo el cartel de los encuentros amistosos con el fin de hacerlos rentables).

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