contracrónica rcd espanyol 1-2 valencia cf

El orgullo y la ambición llegan a tiempo

3/11/2019 - 

VALÈNCIA. El orgullo y la ambición del Valencia llegaron a tiempo para sacar los tres puntos del RCD Stadium. Los de Celades lograron el triunfo en Barcelona tras reaccionar en el segundo acto, una victoria que debe servir para hacer autocrítica sobre la forma en la que afrontó el encuentro el equipo.

La primera parte fue deplorable. El Valencia pasó desapercibido en el feudo catalán. Es cierto que tuvo la primera ocasión del choque que desechó Cheryshev con un remate, pero fue solo una pincelada en el lienzo de los primeros 45 minutos. El RCD Espanyol fue superior a base de actitud e intensidad, aprovechando la pasividad del Valencia CF. 

Cillessen tuvo que aparecer para evitar el primer gol con un paradón a Darder. Los locales encontraban rendijas en el entramado defensivo del Valencia con jugadas a balón parado y con centros que se paseaban por el área ante la mirada de la línea defensiva visitante. Sin hacer gran cosa, el Espanyol se puso por delante gracias a un tanto de penalti de Marc Roca. Una pena máxima absurda que fue cometida por Kondogbia, que tras su paupérrimo nivel, sí que reivindicó en la segunda parte. 

Con el 1-0, Celades hizo algunos reajustes en el equipo y dio con la tecla. Retrasó a Rodrigo a la mediapunta y empezó a ser el generador de todo el juego del Valencia al conectar con Parejo. Pudo meterse el Valencia en el partido, pero el VAR anuló un penalti señalado al Valencia por derribo de Diakhaby al haber tocado el balón con la mano previamente. Otras vez las manos.

No obstante, el Valencia no perdió la fe. Una fe que se engordó con los cambios de Sobrino y Vallejo, que dieron oxígeno al ataque. El partido tenía mala pinta hasta que Víctor Gómez compensó el regalo de Kondogbia haciendo otro en forma de penalti evitable sobre Rodrigo. Parejo no falló y puso el 1-1.

Con el empate, el Valencia se lanzó a por el partido. En cambio, al Espanyol le temblaban las piernas. Mención especial del embotellamiento local fue el rendimiento de Geoffrey Kondogbia. El francés se apoderó de la medular y comenzó a robar múltiples balones. Además, rozó el gol con un 'latigazo' que pasó a un centímetro del palo de la portería defendida por Diego López.  

A falta de diez minutos, la presión surtió efecto. Kondogbia robó en campo contrario y Rodrigo puso un centro perfecto al primer palo. Ahí apareció Maxi Gómez para cabecear a la red con violencia y sellar una remontada que sirve para coger aire. Ahora toca pensar en la siguiente batalla en Mestalla contra el Lille en la Champions. 

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