VALÈNCIA. A falta de que el director general del Valencia, Mateu Alemany, se pronuncie abiertamente sobre las ofertas que han llegado a Deloitte, consultora empresarial que tamiza la validez de las empresas que optan a comprar las parcelas del viejo Mestalla, el debate sobre la construcción del nuevo estadio ha vuelto a abrirse después de unas torpes -o no tan torpes- declaraciones del presidente Anil Murthy en el diario Levante EMV. Levantar al gigante dormido de Cortes Valencianas es el caballo de batalla de Meriton. Peter Lim no ganará credibilidad mientras los obreros no vuelvan a trabajar en el Nou Mestalla pero los días pasan y las obras no arrancan.
La complicada opción de romper con lo establecido y que el Valencia permanezca en Mestalla, tarea llena de aristas con muchos actores involucrados en ella, ha cobrado, de repente, fuerza, tal y como ayer detallaba Valenciaplaza.com. Durante su mandato como presidente del club, antes de la llegada de Meriton, Amadeo Salvo ya estudió qué costaría permanecer en Mestalla.
"Eso se planteó en la época en la que empezamos a asear Mestalla, cuando pintamos las sillas y unificamos la publicidad. Estaba prevista una segunda fase que no se llevó a cabo porque económicamente no pudimos hacerlo. Pasábamos muchas horas en Mestalla y nos preguntábamos cuál era la razón por la que no se había hecho una reforma mejor. Vimos el potencial del viejo estadio para no moverse del sitio. Pensamos que se podía derribar la grada que tenía orden de derribo. Se hubiera hecho un mini muro tipo Borussia Dortmund en el fondo que se derribaba; se llevaba a la zona de avenida de Aragón un hospitality, un sector exclusivo para socios, con todas las comodidades; se mantenía la fachada histórica de la avenida de Suecia en la tribuna... La reforma se hacía por etapas como han hecho Celta, Betis, Málaga o Real Sociedad", explicó Salvo en declaraciones al programa 90 Minuts de CV Ràdio.
En aquel momento, año 2013, al Valencia le hubiera costado "50 millones de euros" reformar el actual Mestalla. "Como estábamos con Marc Fenwick haciendo aquello que se llamó la revisión low cost del Nou Mestalla pues también teníamos los costes aproximados de lo que nos podía costar hacer un estadio coqueto, bonito, en el actual Mestalla, dejando un estadio de 1923, con símbolos históricos como la fachada, y respetando todo su simbolismo que, lógicamente, mezclaría con las nuevas tecnologías", dijo el ex presidente.
El lavado de cara del estadio de la avenida de Suecia no era fácil. "Nos encontramos con varios problemas, evidentemente, como dónde colocar los palcos empresariales, que son importantes en el fútbol de hoy en día y eran de difícil ubicación en algunas zonas. En la zona del mini muro no cabían, en Aragón teníamos que reducir parte del aforo de la grada, pero en el fondo norte y en tribuna se podían hacer. Por un cifra de alrededor de, más o menos, 50 millones de euros, se podía tener un estadio cubierto con unas cubiertas en caída y una capacidad que estaría en torno a las 45.000 localidades. Aquel fue un estudio que hicimos por curiosidad porque no entendimos que no se hubiera hecho en su momento. Quizás se debió al gran incremento de abonados en 2006 o 2007, porque nosotros extrapolamos una realidad social, la de 2013, que era diferente a aquella anterior donde había mayor demanda de abonos y en un estadio más pequeño existía el riesgo de que muchos socios no pudieran acceder al mismo y tocase hacer turnos", relata Salvo.
La posibilidad de que el Valencia conserve su domicilio y no tenga que mudarse es factible aunque entraña muchos problemas y numerosos frentes abiertos. Salvo habla de intercambiar la Actuación Territorial Estratégica (ATE) Valencia Dinamiza que determinará el desarrollo de nuevo estadio del club blanquinegro y la reordenación urbanística del solar donde está ubicado el campo de Mestalla: "Con la ATE que hay en marcha, el porcentaje de edificabilidad, la superficie comercial que no existe, porque sólo hay semisotanos, y las plazas de garaje, los números que salen son difíciles para hacer una buena venta de las parcelas de Mestalla. Estando en la presidencia los números no salían. La solución es intercambiar la ATE. Y llevarte la ATE a la zona del nuevo Mestalla. Ahí puedes hacer el hotel de marras, edificios comerciales, torres y, encima, tienes 40.00 metros de zona comercial. No es descabellado, pero es complicado. A fecha de hoy incluso los que tomaron la decisión de construir un nuevo estadio en Cortes Valencianas a lo mejor se hubieran replanteado remodelar Mestalla. No es fácil pero todo es posible".
Según explicó el empresario valenciano, intercambiar la ATE no redundaría, con matices, en una pérdida importante de beneficios para el club: "No habría mucha diferencia económica. Lógicamente, con uno nuevo, el potencial de explotación es mucho mayo. No tiene nada que ver, pero la rentabilidad de construir un estadio nuevo fuera del lugar donde tienes un estadio en sí, con una historia y una cultura muy arraigadas era posible en un contexto dentro de una gran operación inmobiliaria, como pasó con el Atleti o con el Arsenal. Pero si cerrar esa gran operación no es posible, que a mí no me salen los números, entonces habría que replantearse la operación. Recuerdo que en 2011, aproximadamente, se hablaba de sacar 400, 300 o 250 millones por el solar. Eso es imposible porque si sacamos 73.000 metros en viviendas de 150 metros a 500.00 euros, las cuentas no salen a no ser que quieras construir y vender viviendas por un millón, algo que es complicado de conseguir en Valencia".
Salvo es partidario de la opción de quedarse en el actual estadio pero entiende que por todas las trabas que encierra ese proyecto lo más sencillo es levantar y acabar definitivamente el Nou Mestalla. "Si a mí me dieran a elegir, si hay un operador y una fuente de financiación buena el Nou Mestalla puede ser un gran estadio pero también es una opción buena el viejo Mestalla. Eso es cuestión de hacer números, pero es mas económico y más rentable el viejo. El escenario ideal, lo que sucede es que existen connotaciones legales, políticas y urbanísticas que lo complican, sería remodelar Mestalla, que continuase siendo el estadio más antiguo de la primera división con las mejoras modernas que se pueden hacer hoy y llevarse los 73.000 metros de edificabilidad a la zona del Nou Mestalla en Cortes Valencianas y, además, tener allí un centro comercial de unas dimensiones considerables. Pero, por todas las dificultades que lleva esta operación, quizás la realidad más sencilla es acabar el Nou Mestalla", matiza.
¿Falta Meriton a su palabra si no acaba el estadio? Salvo considera que sí. "En el contrato está muy claro. A cualquiera de los abogados que intervino, a la gente de Price Waterhouse, se lo puedes preguntar. El término Meriton will procure significa garantizará, asegurará, no significa procuraré, significa que se acabe. Es que Meriton es el Valencia, el que falta a su propia palabra es el Valencia porque Meriton es el dueño del Valencia. Porque Meriton no es un elemento externo del Valencia, Meriton ha decidido la composición del consejo de administración del club. Y el contrato, insisto, es muy claro para los que lo firmamos. Hay actas notariales, Meriton habló de eso y de los compromisos de pago con el ayuntamiento. No quiero entrar en polémicas pero la redacción del contrato en inglés está muy claro. Ahora bien, si traducimos en plan google estamos mal. Procure significa la garantía asegurar, no procurar".