VALÈNCIA. La tercera entrega fue la eliminación del Getafe CF a manos del Valencia CF. Aquel cruce de Copa del Rey fue una noche mágica que sirvió para cambiar el devenir de la temporada. Un día histórico para el Valencia CF.
Fue uno de los grandes protagonistas de la eliminatoria. La irrupción del surcoreano como un jugador de proyección y con potencial para competir en el primer equipo. Demostró su descaro y sus ganas de dar el salto a profesional. Tuvo una participación activa en ambos partidos. En la ida acabó desquiciando a Damián Suárez, que le pisó sin balón con el objetivo de amedrentarle. Una acción que el colegiado y el VAR no apreciaron. No obstante, también se produjo una expulsión de Djené en la vuelta que fue un castigo excesivo para los azulones.
En la vuelta, su entrada fue clave para culminar la remontada. El canterano se inventó un gran pase a Santi Mina para que el gallego cediera el gol a Rodrigo. En el 3-1 definitivo también pasó por sus botas. Trazó un gran pase en profundidad a Gameiro que asistió de primeras a Rodrigo para provocar el éxtasis en Mestalla.
No se puede olvidar al gran artífice de la remontada. El fútbol son los goles y pese a que Rodrigo siempre ha sido cuestionado por su falta de puntería, aquel partido apareció cuando más se le necesitaba haciendo un hat-trick. De hecho, su papel en la Copa del Centenario fue vital puesto que marcó un gol y dio una asistencia en la semifinal y también fue el autor del 2-0 en la final de Copa del Rey.
La impotencia del Getafe por la eliminación y la explosión del Valencia CF por la remontada provocó una imagen lamentable sobre los terrenos de juego. Un espectáculo para avergonzarse por parte de ambos equipos. El caldo de cultivo que se había generado desde los banquillos, con declaraciones polémicas y provocaciones desató el caos con una batalla múltiple entre jugadores de ambos equipos. Diakhaby, Damián, Bruno y Mata acabaron expulsados. Dos imágenes quedaron en la retina aquel día, un Gabriel Paulista ensangrentado intentando contener la disputa y la de Marcelino tapando la boca a Rodrigo después de hacer el gesto de 'llorar' a todo Mestalla.
Por último, este partido no se entiende en la afición valencianista sin aquel minuto fatídico en el que cambió la temporada del Valencia CF. Una jugada que pasó del 2-2 al 3-1. Jorge Molina tuvo la sentencia en sus botas, pero su disparo tocó en la espalda de Hugo Duro cuando iba a perforar la red. En pocos segundos, el Valencia armó el contragolpe y desató la locura en Mestalla.
El narrador del aquel partido en Movistar+, Miguel Ángel Román, pasó a la historia con una narración que muchos valencianistas se han puesto en bucle desde entonces. De hecho, en la final de Sevilla FC se podía ver a algunos aficionados con camisetas que relataban aquella narración: "Ahí va Jorge Molina, que cabalga como si fuera un chaval. Sigue Jorge Molina, que pisa el área, le puede pegar, el golpeo tocó en Hugo Duro, tocó en Hugo Duro, que le negó el gol a su compañero. Y ahora va la réplica inmediata del Valencia, qué bonito es el fútbol cuando se vuelve loco, envío al área Gameiro, Rodrigo... ¡Bueno, bueno, bueno, bueno, bueno, bueno! ¡Gooooool!".