VALÈNCIA. Con la titularidad de Hugo Guillamón en el partido entre España e Islandia en A Coruña, el valenciano realizó su "segundo debut" con el equipo nacional. Pese a que la creencia generalizada es que el de ayer fue el debut del futbolista del Valencia en la selección absoluta, hay un matiz que nos lleva hasta el 9 de junio del año pasado.
En plena fase preparatoria para el europeo y con Sergio Busquets en casa por COVID la selección tenía un amistoso programado contra Lituania, último antes del torneo multi sede. Sin embargo, las circunstancias desaconsejaban el contacto dadas las precauciones extremas tomadas por la RFEF para evitar males mayores en el grupo reunido por Luís Enrique para el torneo.
La Federación pensó en un primer momento en suspender el encuentro, pero los lituanos se negaron (significaba para los bálticos dejar de percibir el pellizco económico que les correspondía por el encuentro). Así que realizadas las pertinentes consultas con UEFA (quien le hizo ver a los españoles que no jugar les iba a traer una evidente serie de problemas), se decidió rescatar a los integrantes de la selección sub 21 que venían de caer eliminados en las semifinales del europeo de la categoría.
Ellos fueron quienes jugaron ante Lituania en un encuentro que cuenta a todos los efectos como entorchado con la selección española absoluta. Por tanto aquel España-Lituania de hace 10 meses fue el debut oficial de Hugo Guillamón con la selección española absoluta a nivel oficial. Y además se produjo con gol a los dos minutos dado que el central (que es la demarcación en la que juega con la selección) remataba con la pierna derecha un balón servido desde un saque de esquina.
Aquel partido fue un premio a la temporada del asentamiento de Hugo Guillamón en la máxima categoría. Pese a la complicada época que a nivel deportivo ha vivido el Valencia, Guillamón ha sobrevivido a base de demostración empírica de sus cualidades.
Aunque debutó en la 2019/20 de la mano de Celades, el director de fútbol del club en ese momento (César Sánchez) no acababa de confiar en las cualidades de un Guillamón que echó un plus de valencianismo para renovar aquel verano ya que lo hizo tras expirar su contrato y no tener vinculación en vigor ya con los de Mestalla. Su voluntad fue decisiva para prolongar su vinculación contractual como jugador blanquinegro.
Y eso que el final de la 19/20 y el comienzo de la 20/21 no fueron nada fáciles para él. En el tránsito de Celades a Voro, Guillamón pasó casi al ostracismo jugando sólo uno de los últimos seis encuentros. Y para comenzar la temporada siguiente, tampoco hubo feeling de entrada con un Javi Gracia que lo envió a la última preferencia en la lista de centrales poniendo por delante a Gabriel a Mangala y a Diakhaby.
Sin embargo las lesiones pronto le dieron la oportunidad de jugar; en la jornada 3 ya fue titular ante el Huesca y ese año acabó jugando 25 partidos. Con la llegada de Bordalás, aún mejorarían las cosas.
El entrenador alicantino decidió ubicar a Guillamón en el eje del centro del campo al comienzo de temporada junto a Daniel Wass. Pese a la expulsión en el primer encuentro de liga, la adaptación del valenciano a su nuevo rol ha sido exitosa. Incluso ha cumplido cuando las bajas le han obligado a volver a actuar al eje de la zaga.
Sus números le avalan como uno de los futbolistas más utilizados por Bordalás: 31 partidos (26 de liga y 5 de Copa), 2350 minutos (338 de ellos en Copa del Rey) y 2 goles (uno en liga contra el Villarreal y otro en Copa frente al Arenteiro).
En Elche se llevó el disgusto de ver cómo le anulaban un gol (decisión complicada de entender), pero se llevó tres horas más tarde la alegría de la llamada de Luís Enrique tras la baja del central del Leeds Diego Llorente.
Con una nueva renovación a punto de ser oficializada, le ha llegado el turno de debutar en la absoluta con Luís Enrique en el banquillo. Y por encima de todo ello, la convicción de que la Academia de Paterna puede presumir orgullosa de un nuevo producto que es ya una realidad en el fútbol de élite.