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bombeja agustinet! / OPINIÓN

¿Matar a Quico? ¿Vender el club?

5/07/2023 - 

VALÈNCIA. Las visitas del representante de La Liga, además de certificar la gravedad de la situación, confirman que Furió (pero no todos los patronos, hasta ahora) conoce los números reales del Llevant. No sólo cuánto se debe sino cómo y qué clase de ingresos potenciales podrían servir para enderezar el rumbo. Sospecho que Furió debía conocer, además, la apuesta “a todo o nada” del presidente, frustrada con el penalti de Villalibre, pero decantada con una mala gestión deportiva. Y que no había plan B, algo que delata la “rendición” de Quico Catalán, sin dar porqués ni justificaciones. ¿Eran un canto de sirena sus argumentos en la última Junta de accionistas? ¿Una patada y a seguir, confiando ciegamente en el ascenso?

Quico habrá transmitido también “la letra pequeña” a Danvila-Boluda, pues son “su” solución. Y debe conocerlos Valiente. ¿Cómo, si no, se metería en esto? Sí, suposiciones, preguntas y especulaciones. En este contexto, mientras se aclaran los números y los roles de cada cual, planean sobre Orriols dos tentaciones: matar a Quico y vender el club.

Además de implantar en la entidad un insano nepotismo y otras dinámicas nocivas que han provocado negligencias, de actuar con una creciente soberbia y de perder de vista los valores y la identidad sobre los que se cimentó su crecimiento, Quico ha fallado en la gestión deportiva y de la plantilla, sobre todo en los últimos años, pese a lo cual está planificando la próxima temporada, junto a los otros responsables del fracaso 22/23.

Su bagaje, sin embargo, desde el ascenso de 2010, incluye once años en Primera, un estadio seminuevo, Nazaret en marcha, secciones, crecimiento social… Con ningún liderazgo se consiguió nada parecido en 114 años. Podemos discrepar hasta decir basta pero parece rancio, cuando menos, bailar sobre el cadáver de quien perdió hace unos meses a su padre (y principal consejero, mientras la salud se lo permitió); de quien sacrificó vida privada y familia por el Llevant; de quien se dejó las pestañas, las uñas y el sueño para que cumpliéramos los nuestros. Algunos, quizás ingenuamente, confiamos hasta el final en que llegaría a entender que la democratización era la mejor opción y en que dejaría el club en manos del levantinismo, pero merece nuestro respeto. En las grandes empresas se asumen riesgos que no siempre salen bien. Más aún en el fútbol, un negocio complejo en el que tantos y tantos listos fracasan. Quico ha jugado fuerte. Demasiado, a la vista está. A veces le salió bien. Otras no. Esto es la vida. Y el deporte.

Sobre vender el club advertí durante años, una y mil veces, de que la propiedad horizontal, que no asamblearia y los instrumentos de transparencia eran la mejor manera de proteger al Llevant para el futuro, incluso del propio Quico. Desgraciadamente escuchó otras voces. Se ve que nadie había visto a Tony Montana en 'Scarface'. Sin ese blindaje, el riesgo de la venta está más vivo que nunca. Como con Sarver, habrá quien lo verá de buena fe como una opción oportuna. Otros, sin duda, encontrarán una ocasión para medrar y comisionar. Porque el Llevant, gracias a esta última década (y a Quico) es un caramelo y muchos intentarán aprovechar las actuales circunstancias para hacerse con él. Es obvio que el propio Quico, durante este tiempo, debe haber tenido opciones de encauzar una venta y “colocarse”. Incluso en estas horas tristes. Era lo fácil. Lo egoísta. Y no lo ha hecho.

De la crisis de 2007/08 surgió un club nuevo, el mejor de la historia, y la posibilidad de que fuese de todos. No es tarde, tal vez. Si salimos de esta, que saldremos, podríamos blindar a nuestro Llevant frente a sus propios gestores y a los fondos buitre, para que no volvamos a depender de una ruleta rusa. Quizá podamos incluso volver a la austeridad y la gestión racional que nos hizo grandes. Sin matar a los nuestros. Y sin vender. Pese al chasco superlativo del Alavés y la crisis actual, sumamos 10.000 abonados en once días de campaña. En Segunda. Algo sin precedentes. Caer y levantarse, siempre. Va en el ADN. Pero ¡ojo! Que no somos Sísifo. Y hay un punto de no retorno: regalar el club. O malvenderlo, que es lo mismo. Los buitres acuden a la sangre. Y querrán hacernos creer, con todos sus resortes mediáticos, que no hay otra salida. Pero la hay. Siempre la hay. Preguntad en Mestalla.


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