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Bombeja Agustinet! / OPINIÓN

¿10 victorias en 20 partidos?

24/12/2021 - 

VALÈNCIA. ¿Es posible aún la salvación del Llevant? Pasaría por conseguir un mínimo de 38 puntos, para lo cual necesitaría ganar 10 de los próximos 20 encuentros que faltan por disputar. O vencer en ocho y empatar seis, por ejemplo. Conseguir, en definitiva, 30 de los próximos 60 puntos en disputa. El 50%. ¿Difícil? Sin duda. ¿Imposible? En absoluto. En la campaña 17-18 un entrenador debutante en Primera, procedente del Atlètic Llevant, como Alessio Lisci, sacó 25 puntos de 30 posibles, en sus primeros diez partidos en la élite. Un 83%. Sí, era Paco López y su equipo, un Llevant que parecía desahuciado y se permitió ir a comer percebes a Vigo para despedir la campaña.

Es indudable que el yunque ha vuelto con fuerza. El derby del lunes fue el más cruel del siglo XXI para el levantinismo. Era un partido esencial. Había que ganar, truncar la racha, recuperar la autoestima, ponerse a 4 puntos de la salvación y mirar con esperanza el calendario. Y el Llevant lo tuvo en la palma de la mano, pero el yunque es el yunque. Y este año no da tregua: tras el 2-0 de Roger (23’) el Valencia CF estaba noqueado y hubo opciones clarísima para el 3-0 antes del descanso, pero lo que llegó fue el 2-1 en el 43’. En la reanudación un trallazo de Dani Gómez reventó el larguero y el rebote cayó a los pies de De Frutos, solo ante la portería. Chutó al muñeco… y en la siguiente jugada llegó el 2-2, tras un penalti absurdo de Vezo, que perdió la templanza sin Mustafi al lado.

El Llevant se vino entonces abajo y, con la marcha de Pepelu, perdió el control. El Valencia lo aprovechó y se puso por delante (2-3, 71’) pero aún hubo más: el 2-4 que parecía la sentencia (84’) se inició en una criminal entrada de tarjeta roja de Iranzo a De Frutos que ni Fuentes ni Medié ni los medios quisieron ver. Y más mala fortuna: con 3-4, en el 93’ Vezo remató solo en el corazón del área… a las manos de Cillesen.

Todas las desdichas posibles en el partido en que más falta hacía un punto de fortuna. Llovía sobre mojado. Más allá de todos los errores de planificación y gestión deportiva, que no son minsos, pocas veces un equipo ha hecho menos merecimientos para cosechar una racha tan nefasta como la del Llevant UD de esta temporada. Lo normal sería que contara con 5/6 victorias y sin embargo tiene ocho puntos. ¿Durará eternamente esta fatalidad? Quién sabe. Quizás sí. Pero ¿y si no?

Frustrados por la actual situación y por la guinda del derby los hay que recriminan su actitud a los futbolistas, pero me atrevería a asegurar que una amplia mayoría de levantinos creen que el lunes el equipo lo puso todo sobre el césped. Quizá haya alguna excepción pero la inmensa mayoría está dejandose la piel para escapar de esta pesadilla, para esquivar el yunque, como llevamos haciendo once décadas. Así lo entendió la afición granota que, ante semejante mazazo, no silbó a sus jugadores. Otra cosa es cuántos levantinos conciliaron el sueño esa noche.

¿Podría cambiar todo y conseguir diez victorias el equipo de Alessio? Además de la posibilidad, que obviamente existe, ¿hay razones estrictamente futbolísticas para tener fe, todavía? Pese a sus defectos, que todos conocemos, yo sigo pensando que este equipo atesora mucho fútbol y que este entrenador ya está siendo capaz de hacerlo carburar: a pesar del gazapo del Collao, el Llevant, a los puntos, ha merecido ganar sus últimos tres partidos de Liga, desde que el romano asumió el mando.

Hay un margen de mejora, además, que pasa por dar salida en enero a 6/7 futbolistas para aligerar la situación económica, desinflacionar la plantilla y hacer hueco para que puedan llegar dos centrales y tengan sitio los canteranos que esperan su oportunidad para demostrar, como Pubill, que pueden aportar el aliento, la lucha y la ilusión que necesita la plantilla. Acabe como acabe el año, será adelantar trabajo para el curso que viene, porque la renovación de la plantilla es inaplazable, como el reajuste económico y la puesta en valor de la cantera.

••• JUAN ALFONSO ALABAU falleció el mismo día del derby. Era padre del director de este periódico, Javier Alfonso, y de su director de desarrollo de negocio, Juan Ignacio. Y socio número  30 del Valencia CF. Su otro gran equipo fue el Llevant. El derby era su partido favorito. Existen pocos como él, que amen a los dos clubs de su ciudad y que transmitan ese sentimiento a sus hijos, algo que Juan Ignacio me confesó más de una vez, algo que para él, que lo heredó de su padre es algo normal. Descanse en paz.

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