Los Hispanos muestran el nervio competitivo y son de bronce

Merecía esta generación de balonmano cerrar los Juegos Olímpicos de Tokio 2020 con una medalla. Los Hispanos mostraron su nervio competitivo y su calidad ante Egipto, luchadores y combativos los africanos, para adjudicarse el bronce tras una victoria trabajadísima por 31-33. La selección española, dirigida por Jordi Ribera, de una labor enorme tanto con la absoluta como categorías inferiores, alcanzó el descanso tres goles arriba (16-19). Pero los egipcios compitieron bien en el segundo tiempo, que sin embargo tuvo buena respuesta de los españoles, con Antonio García asumiendo el liderazgo en ataque, defendiendo solidario el equipo, con una enorme figura como la del alicantino Gedeón Guardiola, e hilvanando una última acción con el gran capitán Raúl Entrerríos para el último lanzamiento certero, que definió la victoria de bronce (31-33).

Inmejorable despedida para Entrerríos, que decidió estirar un poco más para no fallar en Tokio. Un bronce a sumar por el combinado de balonmano masculino a los ya logrados en Atlanta 1996, Sydney 2000 y Pekín 2008. No solo se despide Entrerríos, el cambio generacional en algunos otros casos es lógico, pero los jugadores de presente, como un Alex Dujshebaev brillante ante Egipto, o de futuro, presumen futuro continuista.

Esta medalla, en el haber en Tokio del Equipo Olímpico Español, se suma a los oros de Fátima Gálvez y Alberto Fernández (tiro olímpico), Sandra Sánchez (karate) y Alberto Ginés (escala); las platas de Adriana Cerezo (taekwondo), Maialen Chourraut (piragüismo eslalon), Ray Zapata (gimnasia artística), Teresa Portela (piragüismo), Damián Quintero (karate), el K4 500 (piragüismo) y la selección femenina de waterpolo; y los bronces de David Valero (MTB), Pablo Carreño (tenis), Ana Peleteiro (triple salto), Joan Cardona (clase Finn) y Jordi Xammar y Nico García (clase 470).

Partido duro ante Egipto

Dani Sarmiento firmó el primer tanto español, pero desde el primer momento se vio una defensa 6-0 sólido de los egipcios difícil de superar. Anduvo el partido muy igualado. El botín bien valía gestionar bien el negociado: el bronce olímpico. Los africanos buscaron batir a Gonzalo Pérez de Vargas en zona pivote, pero el portero español sumó intervenciones meritorias -en su línea-. Superados los dos minutos de juego, un gran gol del capitán de los Hispanos, Raúl Entrerríos, puso a España por delante. Mejoré el combinado de Jordi Ribera en defensa. Y la cosa siguió igualada en el marcador en la alternancia de ataques y con un ritmo de partido muy alto.

En una desafortunada acción ofensiva, Julen Aginagalde, que mostraba un gran nivel en el primer tiempo, tuvo que retirarse tras una mala caída de un jugador egipcio sobre su tobillo izquierdo. Figueras entró en pista para sustituir a Aginagalde y se asoció bien con Álex Dujshebaev. Y Aleix Gómez se iba a los ocho tantos. Los españoles aceleraron y atosigaron a los egipcios. Antonio García castigaba a la contra. En el último parcial previo al receso, los Hispanos sacaron provecho de una doble exclusión en Egipto para ponerse más tres (16-19).

Reanudado el juego tras el descanso, Egipto regresó con buen nivel de concentración y competitivo para buscar la igualdad. Tiraron los africanos de capacidad física para ganar los uno contra uno. Los africanos consiguieron empatar a los siete minutos del segundo tiempo. Ajustó España en defensa, pero Mamdouh percutió desde el pivote. El seleccionador de los africanos, Roberto García Parrondo, buscaba argumentos para contrarrestar la fortaleza española. Los Hispanos tiraron de capacidad defensiva cuando la fluidez ofensiva no generó lo buscado. Antonio García asumió responsabilidades en ataque. A diez minutos del final, se mantenía la igualdad (27-27).

España ajustó al defensa. Egipto no cedía en su intención de remontar el partido. Pero los de Ribera no estaban dispuestos a dejarlo escapar. El bronce, el bronce para una generación rotunda de balonmano. Había que afrontar la recta final del partido. Raúl Entrerríos, el eterno capitán, se despedía de la camiseta que ha defendido durante veinte años y más de 290 partidos. Entrerríos puso gestión y frialdad para afrontar lo que restaba. Álex Dujshebaev tomó la mano en anotación. Los segundos finales pusieron el broche perfecto a un espectacular torneo y plasmaron la imagen perfecta, la instantánea para la historia con la firma de esta generación de Hispanos: defensa sólida y golazos de Álex Dujshebaev y Raúl Entrerríos. Y España ganó 31-33 con gol final de Entrerríos; qué mejor cierre para un capítulo en la historia del balonmano nacional, que se cierra con bronce olímpico en Tokio.

Ficha técnica:

Egipto (16+15): Hendawy (p), Eltayar (p); Omar (6), Mohamed (1), Elmasry, Nawar, Elwakil (3), Yehia Elderaa (2), Kaddah (4), Elahmar (7), Mesilhy, Seis Elderaa, Shebib (7), Sanad (1).

España (19+14): Pérez de Vargas (p), Corrales (p); Gurbindo, Maqueda, Ángel Fernández (2), Entrerríos (4), Alex Dujshebaev (5), Sarmiento (1), Aguinagalde (2), Figueras (3), Antonio García (6), Aleix Gómez (8), Gedeón Guardiola, Sánchez-Migallón (2). 

Goles cada cinco minutos: 2-2, 5-4, 7-7, 11-11, 14-16, 16-19 (descanso), 19-20, 22-23, 24-24, 27-27, 28-29, 31-33.

Árbitros: Robert Schulze (ALE), Tobias Tonnies (ALE). Exluyeron a Mohamed y Sanad por Egipto, y a Gedeón Guardiola (3 - roja) y a Sánchez-Migallón por España. 

Incidencias: Estadio Nacional de Yoyogi. Partido por el bronce del cuadro masculino de balonmano de los Juegos Olímpicos de Tokio 2020.