VALÈNCIA. 37 goles encajados a jornada 28, a falta diez fechas para el final, y un balance de 12,9 tiros concedidos por partido. No son números espectaculares, pero sí los mejores del Levante de Paco López a nivel defensivo a estas alturas de campeonato. Los granota están ahora mismo a mitad de tabla en lo que se refiere a tantos encajados: hay nueve equipos -entre ellos Betis o Granada, clasificados por delante- que han recogido más balones de sus redes este curso. Sin embargo, los levantinistas siguen por el momento en el podio de conjuntos que más ocasiones conceden, solo por detrás Valencia y Elche, reyes de las oportunidades en contra.
Son datos que, aunque no asciendan al top nacional -porque, más allá de la estadística, también emerge la sensación de fragilidad en encuentros concretos de esta campaña- colocan al cuadro de Paco López en un claro proceso de mejora respecto a balances de años anteriores. El curso pasado tan solo había tres equipos -Alavés, Mallorca y el mismo Betis- que superaban las 41 dianas en contra que había firmado el Levante hasta la 28ª jornada. Todos ellos caminaban por detrás de los de Orriols en la tabla (de hecho, dos peleaban el descenso). En ese momento, el de Silla clasificaba a sus pupilos con solo un punto menos que en la actual temporada, exitosa por la reacción y la andadura copera. Además, en el epígrafe de oportunidades manifiestas facilitadas al rival lideró junto al Valencia el panorama nacional.
Lo que es un hecho es que el Levante de Paco López ha ido in crescendo en sus números de retaguardia. En la 18/19, la primera completa del entrenador con más partidos en la historia del club, el equipo sumaba la escalofriante cifra de 49 goles encajados a diez fechas para la conclusión. Era el segundo club con la portería más perforada de aquella Liga, solo por detrás de un Rayo Vallecano que acabó perdiendo la categoría a diferencia de un Levante que la salvó tras aquel agónico partido en Girona. Entonces el saco de las ocasiones concedidas también terminó a rebosar: el granota fue el equipo que más ocasiones concedió de toda la competición (18,2, muy por delante de sus perseguidores en este apartado). Igual que la temporada inmediatamente anterior, la de Muñiz y Paco López al timón, con 42 tantos recibidos a estas alturas de la película.
Los datos, lógicamente, empeoran todavía más si el foco rebobina una temporada más, la anterior del Levante en Primera División. En 2016 y en la fecha número 28, el Levante, ya como farolillo rojo, ofrecía datos terribles en defensa que acreditaban un balance general de -26, con 52 goles en contra. Aquello no fue con Paco López en la sala. El de Silla ha ido progresando con su equipo en una faceta que, aderezada con la idea de vértigo del equipo -moderada este curso-, se ha convertido en la más problemática del preparador valenciano en el banquillo del Ciutat. La jugadas ABP, que continúan como debe, es otro de los ítems donde el equipo puede ver mejorar sus datos a final de temporada: si el curso pasado encajó 12 tantos a balón parado, y el anterior 15, esta temporada acumula 8. De momento.
Como ya adelantó la recién renovada secretaría técnica la semana pasada en PlazaDeportiva.com y en los medios de comunicación, el mercado de fichajes que le espera al Levante este próximo verano estará muy cogido con pinzas. Concretamente, con las de los 16,5 millones de euros que tiene que ingresar en venta de futbolistas. El apartado de altas será reducido en cuanto a desembolsos: el regreso de los cedidos tomará mucho protagonismo, el intento de incorporaciones libres o a préstamo serán una constante y el mantenimiento del bloque figurará como una de las intentenciones de Manolo Salvador y David Navarro. Más allá, evidentemente, del manido imperativo de venta.
El eje defensivo fue una de las posiciones con más debate y con mayor reclamo de refuerzos a lo largo del pasado mercado estival. Sin embargo, no hubo fichajes para el centro de la zaga y la dirección deportiva exportó confianza en los inquilinos de su defensa mientras la ventana de traspasos murió con deberes pendientes, pero en el pasillo de salida. La intención sigue siendo la de dar continuidad al bloque, en cómptuo global y también en defensa. El paso adelante de Óscar Duarte le ha venido bien al equipo y en el seno del club de Orriols están contentos con el costarricense. Tanto es así que se quiere atajar su ampliación (acaba contrato este junio) antes de que cumpla los hitos necesarios para que se active automáticamente el botón de renovar: que juegue el 60% de los encuentros del curso completo por encima de los 45 minutos, es decir, 5 de los 10 partidos que restan.
Situación similar es la de Sergio Postigo, que tendría que disputar 6 citas en esta recta final. Su renovación se automatizará en el momento en que firme 25 partidos con ese mínimo de minutos. Es un requisito que el madrileño, al igual que Duarte -lesionado de la zona lumbar-, podría no cumplir. Y es que Postigo ha estado un mes parado por su lesión de sóleo que le hizo abandonar el calentamiento en el Metropolitano y está por ver si es titular o no en el regreso liguero ante el Huesca, con Vezo y Pier sanos. En caso de no cumplir la norma para la ampliación directa, la dirección deportiva tendrá que tomar una decisión encaminada, de momento, al entendimiento.