VALÈNCIA. Los colaboradores de Plazadeportiva.com muestran su visión sobre el Valencia CF - Atlético de Madrid:
Planet l'equip davant un Atleti que és el que deuria ser el Valencia CF. Un equip seriós, treballat i complicat de pegar-li mos com és l'Atletico, el desig de qualsevol valencianista. La gestió global ens porta a esta situació, on la feblesa davant la part noble del futbol es veu a molta distància. Menció a banda és la permisivitat davant el joc i les accions dividides dels de Simeone. Sembla que tinguen certa bula que, colpet a colpet, minen en el partit. Treballar i treballar. I saber que passa amb Kang In, que no entra en rotació.
Se mereció la victoria el equipo colchonero por su propuesta, aunque el Valencia no lo hizo mal con sus armas, esperando a ver si cazaba una contra. Pero lo cierto es que Jaume salvó varias ocasiones. La diferencia de fútbol hoy entre estos dos equipos es abismal: basta con ver los cambios de unos y otros: Vitolo, Kondogbia, Carrasco y Joao Félix. El Valencia sacó a Mangalá (que no lo hizo mal) y luego sacó un tridente del pánico, Sobrino, Gameiro y Correia. Se sumó Jason. Aquí Gracia se equivocó y se equivoca todas las veces que hace jugar a esos tres jugadores, porque lastran siempre. No concibo que Correia esté por delante de Jason, que Sobrino (uno de los peores futbolistas que ha jugado aquí) esté por delante de Kang In, y lo de Gameiro...pues es lo que hay. La realidad dice que de los últimos 12 puntos el Valencia ha sacado uno menos de la mitad y no ha dejado ni una sola vez su portería a cero. Y ahora otra vez a mirar hacia abajo, porque la plantilla es un chiste cuando sacas las piezas más fuertes. Guedes, por su parte, sigue demostrando que ni es líder ni es un crack, ni es capaz de tener un poco de regularidad. Sale demasiado caro. Esta derrota era previsible, por desgracia. Hoy ha jugado en Mestalla el próximo campeón de liga.
El VCF quiere, el VCF lo intenta, el VCF insiste... pero nunca puede. Los pocos partidos ganados este año han llegado acompañados de circunstancias muy peculiares como para pensar que van a reproducirse todo el año. Lo más frustrante de este equipo es que rara vez puedes reprocharle algo, pero con toda su buena actitud, esfuerzo y determinación apenas le da para empatar, como mucho, en un buen día y para no hacer el ridículo en uno malo. Es lo que hay, es probable que en enero lo habrá peor.
No era un partido de su Liga, pero el Valencia compitió ante un Atlético de Madrid que apunta hacia el título. Estos son encuentros en los que sumar es un regalo, como ocurrió contra el Real Madrid, pero sirven para calibrar el espíritu de este Valencia de mínimos que nos ha regalado Meriton. Un choque esforzado, con un Valencia serio y comprometido, que aguantó el tipo hasta el tramo final del partido y que sólo encajó un gol en una jugada desgraciada. Estos no son los partidos en los que el Valencia ha de demostrar su superioridad, aunque sea los que mejor compite, sino los que disputa contra los que juegan su liga. Y ahí está el problema de este equipo.
Un partido con trampa. Ojo jugaba una escuadra muy bien montada - y con Simeone- contra un equipo muy disminuido por Lim en cuanto a jugadores. La derrota, tristemente por su trabajo, llegó al final del partido por un inmerecido gol en propia puerta de Lato. Un palo al final y una realidad que a mi me da miedo. El Valencia puede aguantar los goles en contra, pero le cuesta un disparate poner en aprietos al portero rival. Y así es muy complicado arrancar. Plantilla muy justita y ayer con auténtica mala suerte. Perder de ese modo da rabia. Pero el fútbol no entiende de justicias. Una pena.
Sin crear apenas ocasiones de peligro, el Valencia compitió ante un equipo, el colchonero, que si no levanta el título al menos lo peleará hasta el último partido. Una acción de mala fortuna protagonizada por Toni Lato acabó decantando un encuentro que, siendo sinceros, a los puntos quizá sí mereció ganar el Atleti. La de ayer no era, por desgracia, la Liga de los blanquinegros. A seguir.
Otra tarde más en la que la máxima aspiración resulta ser la dignidad. El voluntarismo de un grupo persistente. Que ese sea el mérito capital es, por otra parte, el tremendo fracaso del proyecto (?). Ya nos va bien con no salir de las refriegas demasiado escaldados, pero lo cierto es que más allá de la animosidad de aquel que pretende progresar a duras penas, al Valencia no se le reconoce por nada. Ni se sabe qué es ni de qué está hecho.