VALÈNCIA. Donde antes se perdía, ahora se empata. Y cuando antes un carrusel de lesiones movía todos los cimientos, por ahora el equipo aguanta y se pone "el mono de trabajo". Es una de las principales conclusiones del cuerpo técnico del Levante comandado por Javi Calleja después de sacar un punto del Heliodoro Rodríguez Lopez sin laterales izquierdos, con remiendas en el once, improvisaciones por fuerza mayor y sin la magia de las piezas fundamentales del elenco blaugrana. En definitiva, aquello de "ganar incluso cuando se juega mal". Porque el Levante no cuajó precisamente el mejor partido de la temporada en Tenerife: estuvo espeso en ataque, sobrio en defensa -algo mejorado prácticamente de golpe y porrazo, el que suscitó la goleada del Espanyol en Orriols- y lejos del mejor nivel de algunos futbolistas a nivel individual. Ni siquiera los diferenciales, como Oriol Rey, Lozano o Pablo Martínez, intermitente desde que parte pegado a la cal, tuvieron protagonismo en las islas.
Todo ello se tradujo en un solo remate entre palos. Fue de Postigo en un tímido cabezazo a las manos de Soriano tras un centro lateral desde la diestra. El Tenerife, sin tampoco encarnarse precisamente en un arma de destrucción masiva, probó algo más a un Andrés Fernández serio -con cuatro lanzamientos-. Tan serio es lo del meta murciano que en siete participaciones este curso solo ha encajado un gol, cargando de razón al staff tras la decisión de relevar definitivamente a Joan Femenías en la portería, en una decisión que se barruntaba antes de la misma visita del Espanyol. Pero ese es otro episodio. El del Heliodoro llevó al Levante a saberse resistente y a inflarse de confianza a pesar de que vengan mal dadas.
Y es que el problema con las lesiones es evidente. Cayeron al sanatorio seis jugadores -Andrés García, Algobia, Cantero, Fabrício, Álex Muñoz y Valle- en cuestión de tres semanas. Y ahora hay que sumar el capítulo en la córnea de Ander Capa. La mayoría de esas dolencias son musculares; otras responden a acciones muy concretas que rizan el rizo de la mala fortuna precisamente cuando los planes de Calleja más cojean por la enorme lista de bajas. Son los casos de Cantero o el propio lateral portugalujo, que está por ver cuándo podrá entrenarse esta semana.
La úlcera corneal del vasco le hará volver, en principio, el miércoles por la tarde en Bunyol. Entonces se testearán las sensaciones de Capa. Si ve bien o sigue tienendo dificultades de visión. Y, en función de cómo esté, se valorará si puede unirse a la dinámica del grupo y preparar la visita a Andorra con protección en la zona o si el técnico habrá de contar con un lateral menos. Es decir, si debe borrar de su convocatoria a todos los carrileros del primer equipo, mientras Muñoz y Valle siguen recuperándose de sus respectivas lesiones -se les espera para mediados de noviembre, en principio, si no recortan los plazos inicialmente previstos-. O sea, el miércoles en un día clave para Ander Capa y para la plantilla, que ha aguantado hasta ahora las embestidas de las lesiones y que se siente poderoso, pero que necesita a sus mejores efectivos.
Mientras, Calleja cuenta con una alternativa que emerge por encima de las demás: Xavi Grande. El joven lateral derecho valenciano tiene el visto bueno de club y cuerpo técnico para ser una opción de manera más asídua, pero la realidad es que de momento solo ha jugado ante el Villarreal B. Contra el 'mini submarino' estuvo bien y el panorama que deja la enfermería granota le abre un escenario idóneo para sumar más minutos. Fue sintomático, en cualquier caso, que el preparador levantinista escogiese cambiar de banda a Capa y ubicar a un central en el carril diestro -Dela es el zaguero más acostumbrado a esa demarcación aunque le sigue costando adaptarse a ella en el Levante- en lugar de la apuesta por Grande. Con la posibilidad de que el ex del Athletic no juegue en el Principado este sábado, el canterano habrá de ponerse ese "mono de trabajo" que, por ahora, le queda como un guante a este equipo.