VALÈNCIA. La Liga del Valencia no da para más. Los de Bordalás pueden dar por finalizada virtualmente su temporada en la competición de la regularidad. Todo el trabajo de un año y del proyecto de Bordalás se decidirá en los 90 minutos del próximo sábado en La Cartuja. Ganar supone un título, jugar Europa y volver a disfrutar de éxitos deportivos tras dos años deambulando por el césped. De lo contrario, el panorama será desolador. Sin objetivo a un mes a de acabar LaLiga y tercera campaña consecutiva sin pelear por lo mínimo exigible que tiene que hacer el Valencia.
La clasificación para la final de Copa ha sido un arma de doble filo. El éxtasis que se originó con la clasificación ante el Athletic Club y la necesidad por llegar en las mejores condiciones a ese encuentro sin correr riesgos ha provocado que el Valencia se haya desconectado de LaLiga jornada tras jornada. Oportunidades para engancharse a la lucha por Europa sí que ha tenido, pero a la hora de la verdad no ha conseguido obtener la constancia que implica estar en la zona alta de la clasificación.
En cuanto al partido, el Valencia salió con un once de circunstancias para afrontar a un partido que debió ser aplazado. De forma incomprensible, Betis y Valencia tuvieron que mirar de reojo la final del sábado y tanto Pellegrini como Bordalás hicieron rotaciones que acabaron pagando caras. Especialmente el Betis, que está inmerso en la pelea por entrar en Europa vía liga y ve como el Villarreal se acerca a cinco puntos.
Volvió José Bordalás a una defensa de cinco y con un once repleto de rotaciones. Lo más llamativo de la alineación era la titularidad de Carlos Soler. Emery por su parte, plasmó sobre el tapete su once de gala con el objetivo de amarrar la séptima plaza. El inicio fue el esperado. Presión alta del Valencia con la posibilidad de encontrar robar y transitar con velocidad. El Villarreal llevaba el dominio para encontrar resquicios en el bloque defensivo valencianista. Lo Celso fue el primero que logró profundizar y disparó al lateral de la red.
El partido se puso de cara para el Submarino antes de alcanzar los diez minutos. Penalti por mano de Cömert en un saque de esquina y el VAR avisó al colegiado para señalar la infracción. Danjuma fue el encargado de batir a Cillessen y hacer el 1-0 en el marcador. El tanto reforzó la confianza local y no tardó en desnudar la defensa del Valencia, que sacó la línea defensiva muy arriba pero sin ser contundente en la presión. El Villarreal detectó el error y Danjuma falló la primera al espacio, pero no la segunda. Se quedó delante de Cillessen y firmó su ‘doblete’. Era el 2-0 en el minuto 17 y se ponían las cosas muy difíciles para los de Bordalás.
El partido bajó mucho el ritmo. El Valencia se acercó al área rival en alguna ocasión, pero sin concretar nada realmente peligroso. El Villarreal vivía cómodo con la renta y Danjuma trituraba a los centrales del Valencia al espacio. En el 43, el ’15’ amarillo visualizaba el tercero con otra galopada, pero Jasper Cillessen evitó otro mazazo con una buena parada.
Tras la reanudación, Emery movió ficha desde el banquillo. Chukwueze entró en lugar de Yéremy Pino. Bordalás no tardó en exceso en cambiar piezas. Yunus, Soler y Jesús Vázquez dejaron su sitio a Gayà, Ilaix y al juvenil y debutante Jesús Santiago ‘Yellu’. El partido bajó de revoluciones y el Valencia aprovechó la relajación del Villarreal para recortar distancias por mediación de Cheryshev. Sin embargo, el tanto fue anulado por fuera de juego de Marcos André. No obstante, el Valencia reclamó un penalti de Parejo sobre Ilaix en la acción previa. El colegiado no apreció un contacto que sí existió. Eran los mejores minutos del Valencia. Los cambios aumentaron las prestaciones visitantes y acarició otra vez el gol con un disparo potente de Marcos André.
El tramo de final de partido tuvo poca historia. El Villarreal esperó paciente a que pasaran los minutos ante un Valencia con dificultades para crear ocasiones. Con el 2-0, el Villarreal sigue firme en su lucha por recortar distancias con la zona europea y ya piensa en la semifinal contra el Liverpool. El Valencia se lo jugará todo a una carta: la Copa del Rey.
