No te creo, Peter

VALÈNCIA. No te creo Peter, porque te conozco bacalao aunque vengas "disfrazao". Mira, Murthy no se presentó un día en las oficinas y se metió en el despacho del presidente, lo llamaste tú, lo nombraste tú, y le diste todo el poder. 

Porque lo mantuviste en la silla pese a hacer callar a Mestalla en el acto más vergonzoso, indigno e irrespetuoso que jamás presidente alguno se ha permitido desde la butaca más importante del palco del estadio, y le toleraste todas las salidas de pata de banco. Le permitiste que echara por tierra el nombre del club, que despidiese a profesionales acreditados para rodearse de una guardia pretoriana de mediocres que no hacen si no defecar sobre el escudo mientras conservaban sus sueldos a base de adular al tipo al que has fulminado. 

Porque eres el mismo que nos colocó aquí de entrenadores a Gary Neville, a Pako Ayestarán y a Albert Celades. Porque eres el que se fundió a Mateu Alemany para poner al tipo del que ahora reniegas. Porque eres el que dijo de la afición del Valencia en el Financial Times que te despertaba compasión y que "las cosas más pequeñas causan los dolores de cabeza más grandes".

Porque la idea de llevar a la Generalitat a los tribunales por el Nou Mestalla no es una orden de Murthy. Todo el mundo sabe que esas directrices las marcas tú, así que ahora no vengas haciendo comunicados sobre el compromiso de acabar el Nou Mestalla cuando no habéis tocado en 7 años un puñetero ladrillo de la Avenida de las Cortes. Y porque por mucho que ahora digas que "El Consejo valora la importancia de una estrecha relación entre el Club, la sociedad, la afición, las autoridades gubernamentales", no debiste de enterarte cuando Anil sacó un comunicado diciendo que "El compromiso y la credibilidad del club se mide en pagar las deudas bancarias -algo que nadie hacía antes-, ayudar a la sociedad valenciana especialmente durante la crisis del covid-19 o donar material  sanitario a los hospitales de la Comunitat Valenciana cuando no había debido a una gestión inadecuada de la crisis".

Así que no te creo, Peter. Porque a ti no ha dolido ver como el club es cada día más pequeño, menos competitivo, más pobre, con una deuda monstruosa y cómo le duele a toda la gente que pelea día a día por él. A ti te ha dolido que tu bufón se ha pasado de listo. A ti te fastidiado que el kiosquero que le subía todos los días el periódico al violinista y le oía ensayar se ha pensado que era el violinista. A ti te ha tocado las narices que tu polichinela se haya venido arriba delante de la clase pudiente de la ciudad y te haya puesto como un trapo. Por eso te lo cargas.

Porque esa herida (la de tu marioneta) la sufres tú, el resto las sufre el valencianismo y eso a ti te la sopla. No has reaccionado ante un perjuicio para el Valencia, te has puesto en pie de guerra cuando un subordinado tuyo te ridiculizado ante empresarios valencianos (esos a los que tú has acusado tantas veces de arruinar el Valencia).

Porque si esta decisión fuera meditada y tomada en conciencia para bien del club ya estarían nombrados los sustitutos y se habrían puesto manos a la faena, porque no es poca ni es insustancial la tarea que tienen por delante. Pero aquí lo importante ha sido cargarte a Murthy, que el mundo vuelva a comprobar la fuerza de tu ira. Que el planeta observe el poder del todopoderoso Peter y que nadie olvide quién es aquí el amo, el baranda, el capo, el que parte el bacalao ¿El resto? con un club casi en bancarrota y un equipo por hacer, es secundario para Peter. Aquí lo que había que mostrarle a la gente es que el que se mete con el jefe dura un suspiro.

Por eso no te creo, Peter. Porque con Meriton (contigo) prefiero pecar por exceso antes que por defecto. Y en 2016 dije que ya no os volvía a creer y me engañaste con los dos años de Mateu y Marcelino. Eso ya no me volverá a pasar. Primero los hechos, y cuando los vea, entonces hablamos.

Abre las redes sociales, vuelve a dejar en 9 las acciones para asistir a una junta, readmite a las peñas, acaba con los vetos a los medios de comunicación. Y a partir de ahí, me harás dudar de todo esto que acabo de escribir. Mientras tanto no te creo Peter, no te creo.