VALÈNCIA. Mientras el club sigue en su caída sostenida hacia la segunda división, su porvenir a corto o medio plazo, el grupo de empleados de primer rango de Meriton en València se ha desplazado a Singapur. Ignoro si están volviendo en estos momentos, parece que sí, porque los rebeldes no tenemos acceso a información directa y, en mi caso, por ética profesional, tampoco pregunto en esa ventanilla. Una taquilla, dicho sea de paso, donde despachan milongas y disparan, por la espalda y con el móvil, a los que no comulgamos con ruedas de molino.
Antes de que la delegación de gobierno del VCF en la ciudad filtrase que había sido suya la iniciativa de partir camino de la sede del gobierno central en Singapur, yo me preguntaba por la autoría de la reunión. ¿De quién había sido la idea? Es la clave.
Porque no es lo mismo que Peter Lim llame a capítulo a sus ejecutivos en Mestalla que Layhoon Chan, conocida como Lay Shin Chan (sic) para sus aliados de LaLiga, consiga audiencia a base de insistir.
En el primer caso, las consecuencias de esa llamada para el club no serán halagüeñas. Haced memoria. De Singapur sólo llegan plagas. Sí, evidente, en una de esas liquidaron a Anil Murthy, pero ¿qué ha cambiado desde entonces con Layhoon?... Exacto, nada.
En el segundo caso, el bróker de Singapur les permitirá cenar con él, pero los despachará, con desgana, en 30 minutos. Luego, levantará la pata y se orinará encima de las demandas cuando sus vasallos cierren la puerta. "Pero, ¡cómo se han atrevido!", le dirá a Cherie, su mujer. Pensar que unos siervos van a doblar la voluntad de todo un señor feudal es engañarse a sí mismos.
Si, como anuncian las trompetas de Meriton, el viaje ha sido iniciativa de los empleados, volverán de vacío. Si mienten de nuevo, cosa que ignoro, y ha sido cosa de Lim, cerrad puertas y ventanas y esconded el ganado. Estamos en sequía, pero sobre el club caerá otra tempestad. Poneos a cubierto. Es lo mismo que sucede en El Último Viaje del Demeter. En el regreso a València, en la bodega de carga viaja otra catástrofe.
De todas formas, hasta que el tiempo los deje otra vez en cueros, los empleados de Lim tejerán un relato que apenas distará del que ya han cantado otras veces. "Va a cambiar el modelo del club"; "los empleados tendrán mayor autonomía"; "Peter Lim está ocupado y preocupado en el equipo"; "estamos preparados para afrontar los dos escenarios que se nos pueden echar encima al final de liga, tanto el de primera como el de segunda división"; "Jorge Mendes es un agente más"; "el año que viene tendremos un equipo competitivo, no tenemos necesariamente que vender jugadores" y, por supuesto, el clásico "vamos a estudiar incorporar un director deportivo".
Es el cancionero habitual, sus grandes éxitos de cinta de casete de gasolinera, y alguno que seguro que se me olvida. Cuando regresan de Singapur suelen entonar las mismas canciones llenas de embustes. Son juglares de la trola, trovadores de contenedor.